Pasan los días
y de mis manos no salen letras.
Quizá esté vacío, quizá la fuente
de la que bebían mis sentimientos
se haya secado y tenga que esperar
al deshielo de las cumbres
para volver a llenarla.
No queda nada,
todo está apagado,
todo se quedó a oscuras,
todo menos tú.
Sigues escondiendote tras de mi,
fragil y sensible insegura,
con tus manos en los bolsillos guardadas,
vestida de timidez,
con la mirada puesta sobre tus zapatos.
Nadie te conoce mejor que yo,
nadie se atrevió nunca a descubrirte,
inspiración, expiración,
inhibición de matices ocultos
entre los jardines florales de nuestra mente,
aromas a lirios,
bosques de espuma y nácar,
otoño en mis entrañas.
Quizá todo se apagó,
y se me hizo tarde.
El parto de los sentidos
se quedó para otros;
el calor de amor que llevo dentro
se envolvío de frío invierno.
Muéstrate al mundo y se valiente,
muéstrate y disfruta de la gente,
y hazles disfrutar...
vuelve a salir de mi vientre.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
lunes, 13 de diciembre de 2010
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