viernes, 19 de marzo de 2021

2004

Calor,

cada poro de mi piel 

estaba a punto de fusionarse

en vapor de agua.

A cada intento de frenar,

le seguía una reacción nerviosa

que derivaba en una erupción cutánea.


Mi corteza estaba al máximo 

de su punto de dúctil,

antes de ti,

no éramos tan frágiles 

como aparentábamos al espejo.


Tu presencia se antojaba,

se me antojaba.

Mi ausencia me trastocaba y

pedía clemencia romana.

Antes del circo la fiera dormía 

y el gladiador rezaba aquello que sabía,

su espada afilada,

y la lengua alargada.


Así éramos

Nadie frenaba los impulsos,

experimentábamos nuestros límites.

Quedábamos en el siguiente duelo.

No supimos bien 

si hablábamos de batallas o sexo,

probablemente fuese todo y nada a la vez.


2004, el ciclo lunar completo.

Un año más 

con cicatrices sin curar

y copas aguadas 

sobre la barra antes de cerrar.

Chupitos de absenta, 

y agujeros en el recuerdo a completar.


Todo paso tan rápido,

que probablemente no pasase.

Yo también lo viví así,

tan vaga como intensamente.


Culpable del hielo

Me siento culpable  de robar sueños inocentes. Culpable por robar sueños de inocencia infantil. Culpable del hielo que mantiene vivo los mie...