domingo, 10 de noviembre de 2019

La fiesta de la democracia

Tengo más de rojo que de azul,
tengo un ojo morado 
y un corazón naranja 
con piel de melocotón.
El verde esperanza nubla el ingenio,
y el amarillo se desvela
con un hilo de aire en la habitación.

Hay tantos colores como callos en las manos
de quien despierta cada mañana
para faenar antes que salga el sol.
Hay tantas historias que contar,
como lágrimas derramadas con o sin razón.
Hay tantos como tú, y otros tantos como yo
a los que empeñamos imponer la opinión.

Hay mares en calma y remolinos de viento,
hay rachas amables y otras maleducadas.
Hay miradas que matan, 
y la tuya que me desarma.
Hay gente que toma la calle 
y las barricadas arden,
hay otros que prefieren 
salir de tarde en tarde.

Hay una barra de bar, un par de vinos
y un torrezno que reparten.
Hay dos amigos que gritan
mientras que la multitud asiente atónita
a sus inocuas y huecas palabras,
llenas de sentido consentido y sin sentido 
en el tiempo ángeles caídos.

Al bando vencido, al puño en alto,
al cara al sol con el brazo extendido,
la internacional y el mayo francés.
No perdáis el tiempo, 
ya no hay nada de entonces
y queda tanto por hacer...
Nos enrocamos en discusiones absurdas
sobre un tiempo,
que por más que nos reescribamos,
nunca va a volver.

Tengo más de rojo que de azul,
tengo un par de violetas moradas
y una naranja en jugo
con el ladrido del despertador.
El verde esperanza en primavera
y el amarillo se desvanece 
cuando follamos antes de anochecer.

lunes, 21 de octubre de 2019

Tren sin destino

El tren llegó a su estación. Obvié la maleta del portaequipajes y me apee sin más. Cuando decidí salír de casa tenía en mente llevarme un puñado de recuerdos, para no olvidar de dónde vengo, pero a veces la realidad te sorprende. Tú mismo te sorprendes, y rompes con tu pasado. Arrancas del libro las hojas amargas y lo tiras por la ventana para dejarlo volar, libre, como un niño corriendo tras de sus sueños. Todo queda atrás, en el pasado. Es bastante más sencillo sumar decepciones que restarlas, son menos que las afecciones en el corazón que las condiciones en la razón, a menudo cometemos el error de amar con la cartera en lugar de vaciar el corazón. 

Me baje de aquel vagón, sin nada. Vacío por dentro y dispuesto a sumar por fuera. Viajo solo, con la brújula desorientada por la luz del faro que al fondo del espigón lucía. Mi norte, está por definir, mi sur se queda dónde dejé las experiencias crudas. Allí estabas tú. Una tras otra, llenaste de cantos las fosa para enterrar todo aquello que fuimos. Hubo un momento, que habría dado la vida por tí, pero ahora ya no me sorprende. Por eso, mi decisión más acertada fue saltar en marcha. Dos vidas dan para mucho. Tres muertes liberan nuestras sombras, ancladas en un recuerdo de cuando nos miramos de niños. Entonces el respeto tenía verdadero valor, y conocer de dónde bebían tus raíces valían tanto como el aire que había que respirar. 

Ahora solo quedan mis pasos. Todo un nuevo destino por descubrir, un lugar nuevo, donde podré volver a ser yo mismo mientras otros, intentarán seguir mintiéndose. Intentando levantar entre ellos muros de hostilidad, sin elevar anclas para iniciar una nueva marcha. He dejado atrás todo. Dispuesto a empezar de la mejor manera. A fin de cuentas, no recogí la maleta por no cargar con los recuerdos y todo lo que ellos conllevan. 

Decidí buscarme la vida lejos y llegar hasta aquí, dónde mirar atrás esté prohibido, dónde el rencor no se conoce porque la memoria no existe. Sólo existimos nosotros. Huecos. Vacíos por dentro. Dándonos porque si. La genuinidad de cada uno de los que aquí cohabitamos nos hace independientes, diferentes. El valor de la palabra vale más que el papel mojado de tus promesas. Ahora toca empezar.

El tren se marcha a lo lejos... Allá se van mis sueños, mis recuerdos, mis decepciones y mis miedos. Ahora empiezo de nuevo vivir. Repartíos mi alma, va hecha pedazos en la maleta de cartón. Me he comprado otra para llenarla con otro nuevo amor. Ahora solo queda mirar al frente y decirle adiós. Adiós mi vida, adiós mi adiós.

Limón, Tequila y Sal

Sal... 
Limón y Sal...
Y cierra la puerta cuando te vayas.
Sal y Limón, Tequila
para derramar sobre mis llagas.

Tequila, limón y sal.
Vete tranquila y sigue tu camino.
Yo me quedo en el Tequila
para olvidarte antes que el limón se seque
y se quede en ruinas el vaso que debía.

Limón y sal 
para curar las heridas.
Tequila para aliñar la vida.
Limón, Tequila y sal
Sal corriendo antes que te lo pida.

Sal y tequila,
la vergüenza se destripa.
Tequila y sal,
vuelve a bailar el monstruo,
¡qué ironía!

¡Ay, mira! Ven. Dame sal.
¡Ay, mira! Ten. Toma arte.
¡Ay, mira! Cien. Cien veces
te dije amarte con tequila en la sangre
y una pizca de limón para mezclarte.

Sal...
pero déjame el tequila para olvidarte.
Limón para amargarme
y al final lograste emborracharme.
Tequila, limón y sal si te quedas en mi vida, 
piensa después de soñar hay que peinarse.

Sal, Limón, Tequila.
y bébete a borbotones la brisa
de este amanecer de borrachera.
Tequila, sal y limón
y el corazón paga la cuenta de lo que debías 

jueves, 1 de agosto de 2019

El Faro de Lucía

No dejes de brillar, amor.
Ni la más hermosa puesta de sol
consigue apagar tu luz.
Ni las noches sin dormir,
ni los sueños a oscuras
podrán borrar tu ilusión intacta
a pesar de tus miedos y tus dudas.

No dejes de brillar,
y a los que sueñan con verte naufragar,
diles que para navegar
hay que seguir la luz del faro,
que en el horizonte se halla
la estrella que te guía,
la que llenas día a día de vida.

Diles que cada vez estás más cerca
de pisar tierra firme,
y que subirás de dos en dos los peldaños
para encaramarte a lo alto del foco,
de El faro de Lucía.

Allá a lo lejos se ve,
su cabello salvaje
peinado por la nobleza de las olas
y gustoso olor a sal,
con piel sedosa de arena,
sinceridad de brisa marinera,
su amo incondicional y
un beso eterno
tatuado en el alma.

Tú, la madre del mar,
a veces despierto,
a veces en calma.
Llevarme a vuestro puerto,
alumbrarme pacientes el camino
invitarme a vuestra fiesta de vida,
esperarme con ganas
en El Faro de Lucía.

viernes, 17 de mayo de 2019

Hazme estallar la cabeza

Mírame...
No te marches nunca y ahora calla.
Escucha mis latidos.
Me pierdo en el camino.
Las hojas secas escondieron
el sendero a tu alma.
Me resisto a no volver a verte más
porque te amo.

Soñé con besarte
antes de encontrarte,
bailando al compás del rumor del aire,
sin querer amarte.
Me perdí en el tiempo
al compás de los acordes
de mi guitarra azul eléctrica.
Las melodias que callan
inspiran el abrazo del alma.

Aún soy un niño y canto
la nana que me enseñó mi abuelo
a la vera del río.
Aún siento como riño
con el sentimiento que fluye,
ahí va cauce abajo
mientras flote, sigo vivo.

Mírame
Sálvame de este abismo
y llévame esta vez contigo.
Sálvame porque de amor muero
si no siento de nuevo unas manos
antes de encontrarme con tu olvido.
Sálvame y dame calor
sin ti no queda más que frío.

Llévame alto...
Que volemos lejos...

Sólo siento miedo
si vago perdido
No digas nada...
que el polvo de este destierro
se convierta en vida.

No lamas tus heridas.
Vendería mi alma
por un segundo más contigo,
malgastaria está bala perdida
si valiese para alcanzar tu sonrisa.

Me preguntó si aún sigues ahí.
Espérame antes de ir a dormir.
Déja que te abrace.
Deja que te sienta.
Hazme estallar la cabeza,
mientras que el amor vuela.

martes, 19 de marzo de 2019

Y tú... Y yo.

El vagón está lleno,
hay tanta gente y tú...
y tú no estás.
Busco en otras vidas,
en otros rostros
y sus rastros, y tú...
y tú no estás.

Se cierran las puertas.
Cierro mis ojos y te siento.
En mi cristalino un recuerdo
de antes de volverme loco.
Se cierran las puertas,
de este pobre cuerdo y tú...
y tú no estás.

Diez, veinte, cuarenta, ochenta.
Se acelera el ritmo,
la marcha frenética y tú...
Tú no estás
pero yo sigo aquí.
Esperando al tiempo,
esperando sentir que siento.

Llegamos a la siguiente estación y yo...
y yo abro los ojos y entiendo
que el cielo es de aquellos
que no se fueron mintiendo.
Se abren las puertas del infierno y
me vuelvo loco por tu cuerpo.

Se vacía el viejo vagón
pero no lo hace el corazón y yo...
y yo solo tengo amor.
Busco entre mis vidas,
en sus miradas perdidas,
por encontrar de nuevo, y yo...
y yo sigo sin sentido.

lunes, 28 de enero de 2019

El éxito es el enemigo

El éxito es el enemigo.
Tu mayor victoria
siempre es la mayor derrota.
Algo se rompe por dentro,
te cambia hasta que caes de nuevo
en las llamas de infierno.

Es leve el paso al paraíso
por el aplauso fácil,
al averno por el silencio
y la falta de reconocimiento.
Anhelamos la aceptación
en lugar de ansiar el amor propio,
nuestro indiscriminado momento.

Ser sumiso se convierte en un castigo,
difícil afrontar el camino
sin verdaderos amigos.
Nadie espera cuando hace frío,
nadie desea seguir girando
eternamente en un tiovivo.

El éxito te convierte en triunfador,
la humildad te convierte en mejor persona.
Ahora tú decides
si apostar a egolatra ganador
o deseas caminar en el espacio amargo
del insomnio perdedor.

Somos esclavos de nuestros actos,
no somos dueños de nuestros destinos
somos seres que vagan
y flotan por los versos
cómo insulsos mendigos
ricos en euforia,
pobres en sentimientos.

Nadie nos enseñó a vivir.
Aprendimos solos.
Nadie nos invitó a seguir
lo hicimos como locos.
Nadie nos arrastró a tocar fondo
igual que cuando rozamos el cielo
fue por la ingenua temeridad
de no volar a ras de suelo.

viernes, 25 de enero de 2019

Tu esencia

Deja que te diga algo, amigo.
El camino está aún por recorrer.
Muere y mata a cada paso.
Deja huella, que perdure.
Por más que sople el viento,
que nadie quede indiferente
por el sentido de tu rastro
o el sinsentido de tus actos.

Pisa firme y que no se doblen tus tobillos.
No dudes en tu sendero,
nadie, te aseguro,nadie,
condujo sus pies al éxito
sin tropezar antes en el fracaso,
sin ver un atardecer
a los pies del ocaso.

Disfruta del viaje y sigue hacia delante.
Siéntate en esa piedra.
Descansa.
Reflexiona.
Toma aire.
Recuerda.
Llora.
Implora.
Continúa.
Sonríe.

Podrás asomarte al abismo.
Enfrentarte a tus fantasmas.
Tendrás que caminar entre ascuas
y sujetarte entre espinas.
Sangrarán las llagas en tus manos,
sanarán las heridas
con el vivir de los sueños,
con el pasar de los años.

A lo lejos se ve.
Ahí, en la distancia se encuentra.
Ahí, donde se cruzan sin más remedio
la integridad y la experiencia,
el amor por uno mismo y su conciencia.
La ansiada verdad,
La respuesta, tu esencia.
El destino incierto
de las afortunadas coincidencias.

Culpable del hielo

Me siento culpable  de robar sueños inocentes. Culpable por robar sueños de inocencia infantil. Culpable del hielo que mantiene vivo los mie...