lunes, 20 de noviembre de 2017

Eso es el amor, mi amor

No me canso de mirarte...
No me canso de soñarte...
No me canso
ni me cansaré de amarte,
porque seguir manteniendo la esencia
es nuestra diferencia.

Tu seguirás siendo tú,
y yo seguiré siendo...
el poeta, el bohemio,
el que sigue soñando
aún que este despierto.
Yo seguiré siendo yo...
y tú seguirás siendo...
la dueña de mis sentimientos.

Esa es la diferencia.
Esa es nuestra inconsciencia.
La locura que nos mantiene
en la cordura de nuestras certezas.
Es ahí donde pondremos
los cimientos para sujetar
el amor que no caerá por mucho
que truene o llueva.

Estaremos ahí para darnos calor,
abrazarnos fuerte para evitar
que nos sorprenda el frío.
Eso es el amor,
amor mío...
Estar el uno por el otro,
sin temor a cometer un error
o recibir un castigo.

Eso es el amor, mi amor...
es seguir viviendo siendo uno
pero sentir que siempre estoy contigo.
Aunque en mi cabeza vacíen un cargador,
vivo sin miedo a morir,
porque sé que dentro de ti vivo yo.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Mis demonios

Yo también tengo mis demonios. Esos que llegan y te arrastran a su infierno con intención que lo hagas tuyo. Los que te complican la existencia intentando hacerte creer que eres tú quién está confundido, los que tratan de hacerte pensar que no tienes que llevar razón nunca a pesar que no entienden que los sentimientos son de cada uno, más allá de si estamos equivocados y tenemos el derecho y la obligación de confundirnos siempre y cuando estemos dispuestos a aprender, a crecer y a seguir sin temor al odio y al rencor.

Tus demonios son aquellos que te dicen que no tienes derecho a juzgar a nadie, pero enjuician permanentemente cada uno de tus acciones, no te miran con los mismos ojos que tú a ellos. Normalmente sueles armarte de bondad y calma donde ellos viven anclados en el subjetivismo y el egoísmo.

Me armé de valor y me enfrenté cara a cara con ellos, les miré fijamente y les devolví a modo de tatuaje en el pecho la daga que intentaron clavarme un día, a pesar que previamente les había ofrecido la mano para levantarles del suelo, me volví contra ellos, fui uno de ellos. Son hijos de Belcebú, satánicos, y tiranos que no entenderán jamás la obligación del ser humano de ayudar a sus iguales, y más cuando el amor es real. Son fruto de mirarse el ombligo más que el alma. Mentiría si dijese que no me jodió, fue sólo un segundo, así fue pero al instante que sangré por los ojos dejó de doler. Alivio de luto, calma tensa en el corazón, malditos sentidos que despiertan sentimientos.

Así son ellos, demonios a fin y al cabo con sus complejos, con sus miedos y sus fobias. Diabólicos sinónimos. A fin de cuentas, ellos son el alter-ego de tus actos. Ellos son como tú y como yo.

Culpable del hielo

Me siento culpable  de robar sueños inocentes. Culpable por robar sueños de inocencia infantil. Culpable del hielo que mantiene vivo los mie...