jueves, 27 de febrero de 2020

El ritmo de tu corazón

Cuéntame 
cómo ves la vida 
a través de tus ojos. 
Lo que sientes cada vez 
que descubres un nuevo color, 
con cada textura, 
con cada nuevo sabor.

No hay nada más sincero
que el abrazo de una madre.
Una mirada cómplice,
una palabra dedicada
una caricia enmarañada
entre tus manos llenas de vida
que desean dar forma al mundo
y dibujarlo de nuevo.

Déjame seguir 
el ritmo frenético de tu corazón.
Baila conmigo 
cuando suene tu canción,
con esa melodía
y sonriendo sin temor.
Desde que tú respiras
me siento mucho mejor.

Y duerme 
cuando caigas rendida en mis brazos,
no dejes de soñar, 
y llora cuando tengas que llorar. 
Todos tenemos derecho alzar 
la voz desde el respeto,
es lo que llaman libertad. 

Llévame al lugar, 
donde los sueños se hagan realidad, llévame 
al punto más alto de esta felicidad.
No me dejes caer, hazme volar,
entre tus cuentos de hadas
y las mil historias 
que me descubras desde tu ingenuidad.

Cuéntame
cómo ves la vida
a través de tus ojos.
Lo que sientes cada vez
que descubres un nuevo color,
con cada latido
de tu corazón.

lunes, 24 de febrero de 2020

El ataque de los clones

Somos sordos sin voz.
Somos ciegos
con la vista puesta en los demás.
Somos transeúntes solitarios
en un mundo
que no se detiene.

Somos tan necios,
que prestamos más atención a lo vivido, 
que a lo que nos queda por vivir.
Somos supinos ignorantes.
Patrones iguales en libertad.
Somos lo que un día quisimos ser,
porque lo vimos en otros.
No pensamos en ser nosotros mismos,
así, sin más.

El ataque de los clones.
Desgastado ombligo del mundo.
Aunque nuestra genética sea inimitable,
nos empeñamos en ser idénticos,
identificados e identificables a un clic.
Carne de red a pescar 
en los mares por los que bucear.
Mismo sitio, misma hora, mismo lugar.

Moriremos ahogados 
en nuestras propias palabras,
en las imágenes que bombardean
esta nueva realidad.
La envidia hace tiempo 
que se adueñó de nosotros.

Viviremos asfixiados 
por el polvo de nuestro pasado.
Nuestro metro cuadrado de vida,
servirá para no molestar
porque no nos salvará 
ni un Dios, ni un gobierno, 
ni una bandera que baile al viento.

domingo, 16 de febrero de 2020

Vuela

Puedes volar. Aún no lo sabes. Ni te lo planteas pero desde que naciste, puedes volar. Conquistar mares y tierra, viajar a lugares desconocidos, subir a un cohete y explorar otro mundo, otra galaxia quizá. Porque sin que ni tú ni nadie lo sepa, puedes volar. 

No hace falta nada. Sólo soñar.

Sonríe y se amable. Da las gracias y saluda siempre al entrar. Sonríe aunque te duela por dentro, porque la vida es lo suficientemente corta como para gastar fuerzas en lágrimas que más tarde se secarán. Llora de tristeza cuando tengas que llorar, pero intenta llorar de felicidad. Desde ese prisma tus alas se empezarán a agitar lentamente y sabrás lo que es levitar.

Todo pasa por algo. Todo pasa, sin más.

Si quieres algo, ve por ello. Sé honesta contigo misma, valórate más de lo que te imagines. Seguro que vales más. Respeta a la gente. Todo el mundo opinará, sólo tú tienes la responsabilidad de equivocarte y volverte a levantar. En ese momento te dirán, "ya te lo dije" o "sabía que eso iba a pasar", no te dejes influenciar. Vive lo que tengas que vivir, sin hacer daño a nadie. Respetando las opiniones o decisiones de los demás, pero haz lo que debas sin pensar en el qué dirán. Entonces dominarás tus alas para volar con seguridad.

Confía en tí. Tú eres tú única verdad.

Sueña fuerte, en grande. Se disciplinada. Pide ayuda cuando la necesites. No temas equivocarte, simplemente acumula experiencias. Todo vuelve. Seguro que tarde o temprano ese error lo va a necesitar. Sé diferente. Sé única. Sé tú misma. Qué nada ni nadie te cambie. Todos los que te queremos, estamos aquí para sumar. Todos, te queremos. Te dejaremos caer. Ayudaremos a levantarte. Soplaremos fuerte, seremos viento. Cuando no tengas fuerzas seremos el aire a favor, que necesitarás para llegar a donde quieras llegar.

Vuela, llega lejos. 
Vuela hasta donde tus alas te quieran llevar.
Eres la dueña de tu destino. 
Eres el amor en libertad.
Una paloma blanca libre para soñar.
Vuela, sólo tú puedes volar.

sábado, 8 de febrero de 2020

Animales

No estuvieron juntos toda la vida, 
pero supieron que aquel momento 
era de los dos.
Se lo bebieron de un trago
y la resaca fue mejor.

Fluyeron libremente 
por el cauce y sin rencor,

Se lamieron las heridas como animales,
saborearon su tez, 
se supieron originales,
Encontraron las almas
en el rincón de los seres iguales.

Se desprendieron de la monotonía
vestidos de insensatez y locura.

A las claras del día se despidieron
con el deseo de no volver a encontrarse 
y guardar el recuerdo 
en el cajón de las experiencias vitales.

lunes, 3 de febrero de 2020

Entre mi almohada

Me liberé de los miedos.
Acomodé las inseguridades
y recorrí los pasillos nervioso.
¡No sabía cómo estar a tu altura!
Pero sabía que tenía que estar.

Ese era mi sitio.
Tú eres mi lugar en el mundo.
Tú, la valiente del camino.
Tú, mi guía, mi destino.
Tú, que alumbras mi oscuridad,
y aguantas mis tormentos y tempestades.

Navegamos mar adentro,
a la deriva,hacia la luz del faro 
en otra orilla,
hasta ver que lucía 
tranquilo en otra playa
y que pronto amanecería.

Tocamos tierra firme
pero aún seguíamos sin rumbo.
Exploramos nuestra nueva vida,
intentamos ubicar nuestro sistema solar,
descubrir el nuevo mundo
que tenemos que cuidar.

Me abrazaste con los ojos vidriosos,
a punto de romperse en mil pedazos
Con el sentimiento a flor de piel,
y el hilo tratando de coser 
el agujero del bolsillo
para que no se pierda, 
ni dejemos al azar que decida el destino.

Del fruto de los árboles
improvisaremos los soles,
de las olas del mar saldrán las lunas,
y tú que me das aire
me alejarás del ruido y las brumas.

Seamos nosotros por ti,
seamos sin miedo a vivir.
El sueño a punto de acabar,
el amor por celebrar.
Mi amor de medianoche por alcanzar.

Mi lugar en el mundo

Me liberé de los miedos.
Acomodé las inseguridades
y recorrí los pasillos nervioso.
¡No sabía cómo estar a tu altura!
Pero sabía que tenía que estar.

Ese era mi sitio.
Tú eres mi lugar en el mundo.
Tú, la valiente del camino.
Tú, mi guía, mi destino.
Tú, que alumbras mi oscuridad,
y aguantas mis tormentos y tempestades.

Navegamos mar adentro,
a la deriva,hacia la luz del faro 
en otra orilla,
hasta ver que lucía 
tranquilo en otra playa
y que pronto amanecería.

Tocamos tierra firme
pero aún seguíamos sin rumbo.
Exploramos nuestra nueva vida,
intentamos ubicar nuestro sistema solar,
descubrir el nuevo mundo
que tenemos que cuidar.

Me abrazaste con los ojos vidriosos,
a punto de romperse en mil pedazos
Con el sentimiento a flor de piel,
y el hilo tratando de coser 
el agujero del bolsillo
para que no se pierda, 
ni dejemos al azar que decida el destino.

Del fruto de los árboles
improvisaremos los soles,
de las olas del mar saldrán las lunas,
y tú que me das aire
me alejarás del ruido y las brumas.

Seamos nosotros por ti,
seamos sin miedo a vivir.
El sueño a punto de acabar,
el amor por celebrar 
y la medianoche por alcanzar.

La conversación pendiente


Todos tenemos una conversación pendiente.
Todos tenemos alguien a quien deberle una explicación.
Todos tenemos algo que nunca hemos revelado a nadie por no hacernos daño.
Todos tenemos algún sentimiento que ocultar por miedo al que dirán.
Todos tenemos una conversación pendiente… con nosotros mismos.

El consejo que jamás seguimos,
los sentimientos que nunca decimos,
las palabras que nunca oímos.
El perdón del que nos avergonzamos
y las gracias que nunca damos.

Siempre nos quedan preguntas por responder,
y responder preguntas que nunca nos quisimos hacer.
Siempre nos quedan miedos por resolver,
y enfrentarnos a nuestras conciencias
con la incertidumbre de quien tiene que perder.

Todos tenemos una conversación que cerrar,
una puerta que abrir antes de entrar.
Todos tenemos un recuerdo que olvidar,
una persona a quien odiar y un beso que dar,
Todos tenemos asuntos pendientes que no nos dejan avanzar.

Siempre hay un fracaso sentimental, una herida que cerrar,
un sueño que alcanzar, y cientos de errores que enmendar.
Siempre hay un lo siento o un te quiero que entregar,
Siempre hay tiempo de ser sinceros con nuestras almas
antes de echar a volar y no tener ocasión de encontrarnos nunca más.


Culpable del hielo

Me siento culpable  de robar sueños inocentes. Culpable por robar sueños de inocencia infantil. Culpable del hielo que mantiene vivo los mie...