martes, 23 de mayo de 2023

El fantasma del pasado

 El papel se convierte 

en la cama de los recuerdos.

Se esparcen letras desperdigadas

buscando el descanso eterno

que les convertirá en leyenda.

Anhelando el sentido y el orden

para permanecer a salvo.


Únicamente los elementos

serán capaces de arrebatártelos.

El agua difuminará los versos

hasta dejarlos irreconocibles 

el viento los arrastrará lejos

para mantenerte a salvo

el fuego los reducirá a cenizas,

como Roma.


Los sentimientos

bullen por la sangre trotando,

descontrolados,

la sal no cura las heridas,

lloras lo que no habías llorado,

y te acuestas con el fantasma del pasado.


Tratas de recordar un rostro,

de acariciar una imagen,

de perfumarte con anhelos.

Persigues sentimientos fugaces,

tan fantásticos como artificiales.

Intentado devolver a la vida 

algo que una vez amaste.


Retozas por la imaginación,

y esbozas en tu memoria 

aquello que un día quiso ser y no fue,

aquello que durante quinientas lunas

estuvo escondido en el fondo de tu alma.


El idealismo gana la batalla a la memoria,

convertimos lo imposible en inalcanzable, 

y aunque quede la cicatriz, 

el surco no deja de ser ese lugar

donde un día hubo una raíz,

a pesar que entonces dolió 

y el fuego sepultó los recuerdo,

todos mentimos al decir

que dejaron de doler los sentimientos.


Peluches

Recuerdo que de niño dormía con un peluche del osito de Mimosin vestido con la equipación de España. Soñaba mucho y fuerte por aquel entonces. Intentaba soñar en grande. Intentaba alcanzar mis sueños. Lo que no recuerdo es cuando dejé de hacerlo. 


No alcanzo a atisbar en mi memoria la noche en que aquel hermoso peluche que daba sentido a mis anhelos nocturnos dejó de compartir cama y sueños conmigo. Algo se rompió. Aquello que parecía inquebrantable se deshizo como si nada, como quién tira de un hilo tratando de evitar que se deshilache más y no consigue mas que hacer el agujero más grande o que la costura quede irreparable.

En ese instante debí crecer de golpe. En ese instante algo o alguien me robó mi sueños y probablemente parte de mis ilusiones. Algunas se diluyeron para siempre, otras simplemente fueron cambiando.


Aquella lección me sirvió para cerciorarme que para alcanzar tus sueños no basta con soñar, sino que hay que trabajar, esforzarse y saber coser bien cada uno de los hilos que pueden deshacer los sueños. 


Es muy probable que de todos los objetivos que me he marcado en la vida, haya cumplido muy pocos o ninguno. La consistencia nunca fue mi mayor virtud, y no estoy muy orgullos por ello pero de lo que verdaderamente lo estoy es de mirar a mi pequeña a los ojos y verla feliz. 


Ese era otro de mis sueños. Ver crecer mi familia. La mia propia, la nuestra y que lo hagan bien. De momento mi compañera de vida me está ayudando mucho a la hora de dirigir este equipo de locos que conformamos los tres y el gato… Es increíble ver como la vida se hace paso sabiendo poco o casi nada de ella.


Hoy muchos, muchos años después, mi hija me entrega un peluche para que vuelva a dormir acompañado, y creo que para que vuelva a soñar en grande, aunque esta vez para esforzarme en que logre aquellos sueños que se proponga, pero sobretodo y antes que nada… que sea Feliz y Disfrute del camino.  Hoy duermo acompañado y soñaré contigo aunque no esté a tu lado.


Leona

La Leona se lamió las heridas,

sentada en la roca mas alta de la sabana,

mirando al horizonte,

buscando respuestas en las emociones.

El viento acarició su melena

y en sus ojos perlas salinas

surcando sus mejillas

haciéndola aún mas hermosa.


La proclamaron reina 

sin capa ni corona,

sin vítores ni fanfarrias,

sin desfiles ni bailes de gala,

sin más reino que su corazón

y sus pequeños felinos,

sin más estado que el anímico.


Aún así la toca gobernar.

Toca mirar adelante, 

aunque la cicatriz duela.

Salir a cazar y alimentar a las fieras.

Limpiarles y sanarles.

Arrullarles para evitar 

que el frío les confunda.


Virar el camino 

si es necesario y emerger.

Vivir una vez mas 

y guiar a la manada,

aunque acechen hienas

dispuestas a esperar el error

para asestarte la dentellada

donde estuvo la herida.


Las lágrimas se mezclan en la noche

donde nadie te ve

entre las cañas y el barro.

Se confunden los recuerdos,

entre tanto malos y buenos momentos.

El aceite siempre flota sobre el agua,

y el amor siempre impera

a pesar del eco de los pasos cazadores.


Tú eres fuerte Leona,

tu piel llena de llagas y cicatrices

es dura como el acero.

Has vivido tan intensamente

que tu vida sabe a pomelo.

A ratos dulce, a ratos amarga…

pero al mirar a tus fieras 

tu piel se reblandece

y vuelve a sentir.

Los nervios palpitan en tu dermis

y tus garras se afilan,

por el temor a que puedan herirles.


Sube al lugar más alto

a mirar el horizonte.

Contempla lo que queda por venir.

El futuro es una hoja en blanco.

El amor la tinta de tus sueños

con la que puedes pintar o escribir.

Tú decides las palabras

con las que escribirán tu historia

y los colores de tus días.

Tú decides seguir viviendo

aunque empeñando el tiempo

hipotecando el miedo

a la muerte cada momento.


Leona, piensa en ti.

No dejes que la tristeza 

te cubra de gris.

Que los impulsos sean 

quienes te hagan llegar lejos.

Todo dolor mitiga

por el simple hecho de vivir.

Todo pasa como cada año 

pasa el mes de Abril.


Leona, atusa tu melena

y prepara tu corazón para sentir.

Endurece la piel 

y sal a la selva dispuesta a seguir.

Tu manada espera que vuelvas

con los ojos brillantes

y una mueca que te haga sonreír.

Culpable del hielo

Me siento culpable  de robar sueños inocentes. Culpable por robar sueños de inocencia infantil. Culpable del hielo que mantiene vivo los mie...