domingo, 31 de octubre de 2010

Luna

Me apoye en el bastón de la tristeza y miré al horizonte. Las siluetas a contraluz se movían como marionetas tras el telón de aquellos títeres. El Sol caía anaranjado y daba paso a los malvas del cielo quienes traían consigo el brillo de lentejuelas de las estrellas, y de allí emergió ella, de entre todas las que llegaba, sin dudarlo como siempre, la más hermosa, la más grande, la más bella. Luna. Apareció como si nada, como quien tiene la costumbre de subir a un escenario para actuar y ser admirado por el público. No tiene complejos de diva, no pide agua de azahar en su camerino, ni frutas, ni mucho menos otro tipo de vicios... ella es así, aparece se desnuda ante nosotros, contemplamos los auténticos cánones de belleza y se va. La envidiamos, ¿Cuántos poetas le habrán escrito? ¿Cuántos cantantes la habrán susurrado sus melodías al oído? ¿Cuántos besos de enamorado habrá visto bajo su foco?¿Cuántas mentiras e infidelidades? Tanto silencio... Tanto sueño... Su perfume nos encandila, nos embauca, nos mece... Hipnótico baño de espuma en su reflejo sobre el mar. Aire envenenado de maldito amor. El aire nos seduce y ahí estaba yo, como un loco enamorado por su amor. Esperando que me dé tu corazón. Luna de medianoche, arquetipo del amor y el desamor, celos, envidias, sexo, pasión... Luna,voyeur de las penumbras, aquí te espero yo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La solución a tus problemas

Yo tengo la solución a tus problemas.
Si, no lo pienses más,
soy yo y estoy aquí para ayudarte,
para cogerte de la mano cuando te caigas
para curarte las heridas que te hagas.

Yo tengo la solución a tus problemas
y para empezar,
pasan por ser sincero contigo mismo,
porque de nada vale mentirte,
del mismo modo...¿de qué me vale mentirte?

Aceptación,
amor propio sin compasión,
sin dilemas que se estanquen en el corazón,
en el propio o en el de los dos,
en el de aquel que se esconde del Sol.

Eres arena del desierto, y yo
puedo hacer que en ti
crezcan los frutos mas deliciosos,
puedes ser el jardín del Edén,
y el animal más hermoso.

Yo tengo la solución a tus problemas,
ni consejos, ni palabras,
prefiero quedarme con los hechos,
no sirven de nada las promesas
si no se demuestran con gestos.

Yo tengo la solución a tus problemas,
y no se trata solo de amor...
Yo; sólo yo, tengo la solución a tus problemas,
y aunque parezca engreído,
conozco cada pensamiento de tu interior.

Tengo la solución a tus problemas,
y quedo esperando un latido de calor,
me siento esperando tu palabra,
y asintiendo tu acción.
No me des las gracias...
no lo pienses más,
esta es la realidad...
así soy yo en realidad.

sábado, 23 de octubre de 2010

Se fue ... y yo la busqué

Se fue...
Se escapó de mi lado mientras dormía
y amanecí desnudo
sobre las sábanas de mi cama
sin el vestido de sus besos,
sin alimentarme con caricias
al cobijo de la mañana.

La busqué entre sus cosas,
y en sus cajones solo encontré silencio,
un rastro de soledad intangible,
una fina barrera nos separa
el amor del odio,
una fina barrera que anoche
quedó visiblemente derribada.

Se fue...
y en el espejo de este aseo
se quedo su silueta grabada en el espejo,
para atormentarme con su ausencia,
para desgarrarme el alma
con su fantasmagórica presencia,
para recordarme que aún sigue viva.

La busqué entre las fotos
y su rostro ya no sonreía,
se difuminaba cada vez que aparecíamos juntos.
La busqué entre mis recuerdos
y la amnesia febril y convulsa de la pasión
me ha robado hasta tu nombre,
no recuerdo tu perfume.

Se fue... y yo la busqué,
pero ya no aparecía
olvide su hermoso rostro
y yo encontré mi mejor melodía,
me volvió loco su silencio
y yo grité mis poesías.

lunes, 18 de octubre de 2010

Dudas y reproches para tí

Llueve y me detengo una vez mas ante ti, Señor. No tengo más que dudas y reproches para ti. La última vez que hablamos prometiste escuchar mis suplicas y aquí sigo. Llevo media vida sentado en el mismo banco, en el que me dijiste que estaría ella y pasan los ciclos lunares y no llega. Llueve, hace frío y mi cuerpo flirtea balanceándose a izquierda y derecha como si marcase el tempo de un metrónomo, como si bailase una canción a ritmo, como el centelleo del fuego antes de avivarse y establecer la luz fija en un candil. ¿Cuántas veces te pedí un amor sincero, Dios? ¿Por qué todavía no está aquí? Esta es mi condena por años de oscuridad.

Llueve y mi cuerpo juega conmigo, me engaña, me seduce, se aleja de mi alma, vuelve a mi espíritu... La banalidad nunca formó parte de ti Señor, pero la pusiste dentro de las almas mortales. Creemos más en nosotros mismos que en las personas que tenemos al lado y ahí reside el punto amargo de la tolerancia. No encontramos ese compás adecuado, no nos disfrazamos de bandadas de pájaros las cuales vuelan todas al sur, moviéndose como las hojas de aquel árbol en otoño que se mece al ritmo de la caricia del viento, conjuntadas como el ballet de Moscú. Puede que sea a causa del ruido del éxito que nos manda a cada uno a un lado. El éxito personal de cada uno, el éxito intransferible, ese pedacito de gloria individual que nos desplaza a lugares brillantes y lúgubres a la vez, a puntos cardinales irreconocibles sobre un papel. Ese segundo que evitamos compartir con nadie, ese sorbito de vida, ese momento en que el mundo deja de girar alrededor del Sol y gira entorno a nuestra sombra, se paraliza todo, y se hace de noche sin Luna, y de día sin Sol. Aunque tarde o temprano el lastre vuelve a nuestros pies y nos devuelve a tierra. Un golpe fuerte. Tan fuerte como un puñetazo directo al mentón, el que nos empuja directamente a la lona y que nos derriba. ¿K.O técnico? nos preguntamos... De vez en cuando me da por pensar que es mejor perder rotundamente que a los golpes. Caer al suelo de esta forma es duro y triste. Quizá por culpa de un matiz hemos vestido nuestro cuerpo de derrota.

Llueve y hace frío, y hoy mi piel no soporta más líquido que absorber ni por fuera ni por dentro. Quizá mi embriaguez me lleve a contarte mi sueño Señor. Quizá sea en uno de esos estados donde pensé que me lo entregarías todo, pero veo que no he sido lo suficientemente bueno. Me ducho en un mar de lágrimas, una lluvia ácida de sentimientos a destiempo. No sé porqué pero últimamente me he empeñado en llegar tarde a los corazones de la gente. Soy la persona que se queda en tierra mientras el vagón de tren cierra sus puertas y se marcha. Mi mirada persigue esos sentimientos que se escapan por el túnel y la luz de tu corazón se va haciendo cada vez más pequeña, cada vez luce menos. Ese viejo anden donde me quedé, con los azulejos rotos y los luminosos fundidos, se quedó en silencio. Debo volver a casa, pero mi billete de vuelta caducó y ahora me quedé sin techo. Espero que me resguarden tus alas Señor. Espero que esta vez si atiendas mis suplicas. Es posible que pida demasiado, pero aunque parezca irónico, quién no llora no mama. Y en parte puede que en eso consista este juego de vida que te inventaste para, tal vez, no sentirte sólo dentro de esta galaxia. Algunas veces viendo la magnitud de tu obra, esta Capilla Sixtina de trazos irregulares pero hermosamente armónicos en que se ha convertido el mundo, mi reflexión se hace presente entre el viaje neuronal de mis ideas.

Llueve, hace frío, me empapo, y a la vez siento el ardor de los fusiles disparados al son de la marcha militar del rencor. En los puntos de mira a través de los ojos inyectados de sangre, desfilan en aquella rueda de reconocimiento los inocentes y los culpables, todos visten de blanco el mismo muro. Los rostros de los espectadores, fruncen el ceño, llenos de odios y miedos, de coraje y envidias, y la sangre corre a borbotones por sus venas. Unos tragan saliva antes de tomar el último aliento antes de sentirse derribados, antes de fundirse en un duro beso con el suelo, otros tragan saliva para templar los nervios, para hacer lo mas certero posible su leve movimiento del dedo índice y acusar con el ruido de su fusil a quien lo merece y a quien no. ¿Por qué lo permites Dios? No entiendo que trates igual al culpable y al inocente. No entiendo que el poder del que dispara sea la única justicia cuando tenemos en nuestras manos el poder de la palabra. No entiendo que les coloques a ambos de rodillas y se les juzgue por la idea de los iguales. No somos iguales, ni él ni yo, y mucho menos tú. No entiendo como el poder nos parece erótico. Es insultante el vicio con que adornamos nuestros cabezas de coronas de laureles, si no existe la victoria. Vivir es la victoria. Vivir es derrotar al odio. Vivir es algo mas que un ser humano. Vivir eres tú, Señor. Tú que nos diste la capacidad, de crear, de juzgar, de mandar, de amar, de odiar... Tú, ¿por que no nos la arrebatas y lo primero que nos pones es la humildad?

Llueve, hace frío, estoy empapado, siento el ardor del odio y las dudas me asaltan. No es que este enfadado contigo. Tampoco tengo motivos, pero no entiendo como pudiendo hacer las cosas bien, decidimos construir los muros y fronteras. No me atrevo a plantearme el porque le pusimos diques al mar de nuestras libertades, porque nos atamos a un árbol y dimos vueltas hasta que la cuerda dejo de ceder y nos asfixió. No entiendo el sentido de la vida. No entiendo y me asaltan mil dudas. No lo entiendo aunque reconozco que eres quien manda y esa es mi única esperanza.

lunes, 11 de octubre de 2010

Devuélveme la inspiración

Esperaré que tu voz arrase los diques de mi alma
y arrastre mis sentimientos removiendo aquel mar
donde descansaba nuestra verdad a la orilla
bajo la sombra de la sinceridad
dormida entre las palmeras en calma.
Arena fina bajo nuestros pies,
y en esta playa desierta
me encontré de nuevo contigo.
Descubrí que tarde o temprano
llegarías y aquí estás.

Devuélveme la inspiración
de la noches sin sabor
entre ángeles y gaviotas,
devuélveme el tiempo del amor...

Esperaré tus ojos verdes y tu palidez,
esperaré los rizos de tu pelo.
Ilumina mi rostro
y entre las sombras dame calor
donde un día el frío me quemó.
Cúrame esta herida
que me produjo no poder tenerte entonces,
y acaricia mi respiración con la tuya,
frente a tus labios
volver a sentirme humano
y temblar de miedo de amar...

Devuélveme la inspiración
que quiero decirte que te amo,
escondido entre las lineas
de mi próxima canción.

Esperaré tus formas sentado,
tus dorados cabellos de miel y canela,
ahogarme en tus vaivenes de cadera,
como un día me ahogué
en el mar de la desesperanza.
Esperaré el vuelo de las mariposas,
esas que murieron cuando llegó
el frío invierno a oscuras sin amor,
y al calor de tu primavera resucitaron
bailan dentro de mi llenas de emoción.

Devuélveme la inspiración,
devuélveme las ganas
quiero compartir mis días,
deshojar las margaritas del corazón.

Ven y cúrame está herida,
ven aunque sea tarde, ven...
Ven y demuestrame tu valía,
porque formarás parte de mi vida,
entre rosas muertas y acacias dormidas.
Flota en todo mi aire,
despeiname con tus corrientes.
Ven, ven, ven a verme y ven;
ven a decirme entre silencios "ven"
que sin llegar a terminarlo iré.

Devuélveme la inspiración,
son mis versos para mi
como los besos que olvidé recibir
con el verdadero amor.

Esperaré porque sé que esa que me falta eres tú.
Esperaré al son de los latidos de tu corazón.
Esperaré impacientemente impacientado,
esperaré una y otra vez,
porque sé que ese es mi destino,
porque aunque mañana quizás duela,
esperaré sentado, mi herida se cura,
y nuestras almas fugaces vuelan.
Esperaré sin mirar al pasado, furtivo olvido,
viajando al futuro me encuentro
cada día un poquito más cerca de ti,
cada vez un pasito mas alejado de los días
de cielos oscuros y nubes de llantos enredados,
entre truenos y sollozos desesperados.

Mi imperfección

Mi imperfección es el comienzo de tu locura,
es lo que te mata por dentro,
lo que enerva tus entrañas,
es la vibración de una garganta desafinada.
El percutor sonido que retumba en tu cabeza,
es la magia negra que arranca
el cielo azul ante tus ojos blancos.
Mi imperfección es el motor de tu odiosa razón.

El vuelo raso de tus mentirosas palabras
lo esquivaré por miedo a volver a caer,
porque hoy me has defraudado
y me has clavado la estaca
que destroza mi palidez dilatada.
Al final del camino
sólo queda una vena hinchada de dolor,
y una mirada perdida en el bosque del desamor.

Nada queda ya sin las sonrisas,
para qué...
Me di cuenta entonces que me mentías,
me di cuenta que sin ti
recorrería la senda del tiempo
con la gente que realmente me merecía.
No me discutas más, lo siento.

Estos son mis motivos,
da vértigo empezar de cero,
pero al fin la libertad
me devuelve parte de los sentimientos.
Mi imperfección me despertará de la crueldad
que se descubren en los dulces sueños,
porque aunque el ayer fue bello,
el hoy se pierde entre las olas,
naufragando en mares de odiosos sentimientos.
Mi imperfección es el principio básico
para volver a amar a quien me quiera de verdad.

miércoles, 6 de octubre de 2010

El amor que nunca más entregaré

Te busque en el sueño incoherente del amanecer
donde todo acaba sin que nadie nos pregunte.
Te busque en las sabanas gastadas de tu desnudez
y no piensas mas que en los labios que perdiste.

Porque no te volveré a tener aquí,
sabes que eres el principio de mi fin.
Porque todo brilla si estás junto a mi
si estás junto a mi.

Quiero ser un barco de vela entre tu piel,
navegar entre los mares de tu cuerpo
con tus remos llegar al fin tranquilo a puerto
y pescar con las estrellas tu universo,
donde nunca el mar dormido encontraré

Quiero ser quien rompa el silencio esta vez,
y gritar al mundo lo que llevo dentro
proclamarlo al cielo de los cuatro vientos
porque estoy seguro que llevo en mis besos
el amor que nunca más te entregaré.

Puede ser que en las paginas en blanco del libro de ayer
nuestra historia empiece donde tu te despedías.
Hasta que nos vistieron las caricias al rozar la piel
todo fue perfecto y nació esta melodía...

Porque no te volveré a tener aquí,
sabes que eres el principio de mi fin.
Porque todo brilla si estás junto a mi
si estás junto a mi.

Quiero ser un barco de vela entre tu piel
navegar entre los mares de tu cuerpo
con tus remos llegar al fin tranquilo a puerto
y pescar con las estrellas tu universo
donde nunca el mar dormido encontraré

Quiero ser quien rompa el silencio esta vez,
y gritar al mundo lo que llevo dentro
proclamarlo al cielo de los cuatro vientos
porque estoy seguro que llevo en mis besos
el amor que nunca más te entregaré.

Te entregaré...
El tiempo es eterno sin ti,
porque todo pasa
y ya no estás aquí...

Quiero ser un barco de vela entre tu piel
navegar entre los mares de tu cuerpo
con tus remos llegar al fin tranquilo a puerto
y pescar con las estrellas tu universo
donde nunca el mar dormido encontraré

Quiero ser quien rompa el silencio esta vez,
y gritar al mundo lo que llevo dentro
proclamarlo al cielo de los cuatro vientos
porque estoy seguro que llevo en mis besos
el amor que nunca más te entregaré.

El amor ha muerto

El poeta se quedó en silencio.
Inhaló todo el perfume
que flotaba en la habitación
y permaneció sentado,
con las piernas cruzadas,
en la penumbra de un rincón.

Su amada se marchó lejos,
emborrachó al aire
con el aroma de su pelo,
no queda oxigeno que respirar,
no queda ningún billete de ida
para el séptimo cielo

El poeta derramó dos lágrimas
y con ellas escribió los versos más tristes;
rima asonante y desacorde,
con los latidos templados del corazón,
palabras que se disfrazan de mar y salitre,
con las que quiere abrazar la libertad

Su amada desnudó los sentidos,
los guió al bosque de las palabras
y allí salieron de sus dedos
complejas letras descifradas por aquel adiós,
no era ni tan siquiera un hasta luego,
aquellos garabatos escondían letras de rencor.

El poeta se bloqueó,
sus sentimientos se encerraron dentro del corazón
y nunca más nadie le escuchó,
nunca más el papel sintió sus caricias
ni sus gemidos de placer, ni tan siquiera su dolor.
Sólo se quedó con la soledad de su amor.

Su amada no regresó,
se ahogo en los mares de los lamentos,
desbordada por las lágrimas
del que de verdad sentía algo dentro.
Amargo destino, contrapunto del tiempo.
El poeta hoy sigue vivo y su amor se ha muerto.

Culpable del hielo

Me siento culpable  de robar sueños inocentes. Culpable por robar sueños de inocencia infantil. Culpable del hielo que mantiene vivo los mie...