Me siento culpable
de robar sueños inocentes.
Culpable por robar sueños
de inocencia infantil.
Culpable del hielo
que mantiene vivo los miedos.
Nada duele más.
Nada duele tanto
como la distancia
Nada duele más que el frio
de quienes fueron fuego.
Este pasillo de corrientes heladas,
y frases gastadas.
El corredor de esta quimera.
La honestidad brutal
por perder a la primera.
Ahora no puedo dormir.
Mi cabeza da vueltas,
no entiende nada.
No alcanza a comprender
porque todo ha virado tanto.
Tan rápido, tan ingrato.
Me duele la piel,
las heridas no son profundas
pero escuecen tanto
que no puedo dejar de pensar en ellas.
Estas cuatro paredes
me tienen preso.
Necesito salir de aquí.
Dejar atrás esta celda
que creí refugio.
Necesito respirar con el sol de frente
mirándole a los ojos.
Necesito volver a mi vida,
volver a la luz,
para sentir su calor.
Criogenizados en esta urna.
Esperando a ser despertados,
para volver a la vida.
Pero a ver quien quita sin amor
al corazón su capa de hielo.
Este presente
vertiginoso e incombustible
por otro otoño sin mes de Octubre
en el que alcanzar a decirte
que sin quererlo,
volveremos a ser libres.
El pasado guardado en el cajón
de las sentencias y los condenados,
El futuro por bandera
de quien tanto ha luchado.