lunes, 7 de julio de 2025

Amarga memoria

 Se oye el rubor del mar de fondo.

Las gaviotas aleteando al alba,

el sol empezando a remontar

la línea del horizonte

y yo intentando recordar

los motivos que me llevaron

a olvidarte.


Cada día vuelvo a ser más yo

y menos tuyo.

Poco queda ya de aquel niño

a quien el amor golpeó

a miles de kilómetros de casa

y engañó en la suya,

Nada queda ya de mi

y todo por ti.

Inevitablemente vivir

invita a cicatrizar.


Esta amarga memoria,

ya no quiere ser gilipollas,

no olvida que lo vivido forma parte

de esta trampa llamada vida,

y a pesar de los desengaños,

cada vez es más adictiva.


Ahora que trato de disimular

el paso del tiempo,

mi piel cansada, el pelo cano,

la falta de vitalidad en mis formas,

tengo la experiencia que necesité

cuando de verdad necesitaba

vivir hasta agotar la vitalidad.


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