martes, 1 de octubre de 2024

Miedos e Incertidumbres

 El tiempo hace tiempo

que dejó de dormir en un reloj,

el reloj no detiene el control, 

ni el talento, ni el tiento…


No distingo entre el bien o el mal.

Mi cabeza varada

en mitad del mar

sin rumbo fijo ni destino

sólo ahogándose en lágrimas de vino.


Cuando no eliges correctamente, 

cuando te confundes de más,

las dudas asaltan a cada paso que das.

Sin saber muy bien porqué, 

quedas atrapado en una rueda,

en una espiral de destrucción vital.


Dudas de si comerte el orgullo

aporta la suficiente energía 

para seguir viviendo.

¿para que sirve salir corriendo

si por más que huyas

el miedo sigue siendo tuyo?


El miedo sigue siendo tuyo,  

un compañero silencioso, fiel,  

se oculta en cada esquina de tu ser,  

esperando el momento de hacerte caer.  


Incertidumbre en cada decisión,  

el camino borroso, sin dirección.  

Te preguntas si el próximo paso  

será el último o solo un atraso.  


¿Y si el futuro es un espejismo?  

¿Si la esperanza es solo un abismo?  

Te detienes, pero el tiempo no,  

y en ese vaivén, se pierde la razón.  


Al final, ¿qué es más cruel,  

el miedo a fracasar o a vivir sin él?  


Subjetividad

Aquella tarjeta de aniversario en el suelo

me recordó las rosas que te regalé

y lo felices que fuimos entonces.


La acaricio con la fragilidad,

de quien sabe que puede

romper un sentimiento 


Me encojo, abrazo mis rodillas

y apoyo en ellas mi cabeza.

Miro al infinito… y te busco.


Te busco como quien busca aquello 

que perdió sabiendo que nunca 

lo volvería a encontrar.


No lo encuentro, 

ni dentro ni fuera de mi,

no recuerdo como vivir, soledad.


Soledad sin dudar, soledad

soledad sin esperar,

no se que más pensar.


Y pienso que el valor de las cosas

reside en la importancia que le damos

mientras nos importa, subjetividad.


Allí, en esa esquina del tiempo,  

donde el pasado se mezcla con el presente,  

me detengo a recordar lo que fuimos.  


Cada risa, cada susurro,  

cada instante que se escapó  

como arena entre los dedos.  


El vacío se siente más grande sin recuerdos,  

y el eco de tu voz resuena  

en las paredes de mi alma.  


El tiempo, implacable, sigue avanzando,  

pero yo, atrapado en el tiempo,  

no dejo de pensar que perdí, que ya no soy.  


Soledad, eres compañera 

de este viaje sin destino,  

donde los recuerdos pesan más que el olvido.

Miedos e Incertidumbres

 El tiempo hace tiempo que dejó de dormir en un reloj, el reloj no detiene el control,  ni el talento, ni el tiento… No distingo entre el bi...