jueves, 18 de agosto de 2016

Desierto

Llenaste mi desierto de arena,
mis ojos de lágrimas,
y ahora que no estás
mi soledad se hizo pena... 

Se quemó este amor,
nos quedamos sin cena.
Apenas fueron tres años, dos lunas...
y rotos los cristales
se clavaron en el alma
y perdiendo nos hicimos daño,
a pesar de amarnos
nos miramos como extraños.

Seguir caminando
ese es mi destino...
Seguir...
Hasta donde me alcance el camino.
Servir...
Por las migas de pan que vertimos
por procurar ser los mismos, sentimos.

Hay historias que terminan
antes de empezar a estar vivos.
Al pan, pan y ¿al vino...?
Al vino, una buena tapa de jamón
que tenemos que brindar
por quien vino
y no por lo que pudo ser
y hoy es desatino.

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