domingo, 29 de abril de 2018

Por dónde triunfa el amor

Me enamoré de esos ojos repletos de sinceridad,
dónde una vez las lágrimas sembraron
tus sonrosadas mejillas
de tristeza y angustia,
dónde aprendiste que la vida hace mella
y que no tenemos seguro llegar a meta.

Me enamoré al primer instante,
tú entre la gente y yo soñando amarte.
Sin saber el cómo y el porqué,
sin preguntarme cuando tenía que ser.
Cómo lluvia de verano
cuando refresca la piel
mientras contemplas amanecer.

Me enamoré de tus miedos y tus misterios,
de tus intrigas y tus incendios.
Me enamoré del brillo de tus ojos,
mientras bailabas al compás de los acordes
de aquella terraza entre bachata y silencio,
Del infierno al cielo solo unos peldaños,
los que nos separaban antes de decir te quiero.

Me enamoré de una loca,
antes que llegase a alcanzar
a rozar su piel y sus labios...
bastante antes de quitarnos la ropa.
Que la memoria no me arranque
aquella noche en alivió
con sus besos la sed de mi boca.

Me enamoré de un amor
por el que nadie apostó.
Me enamoré porque me enseñaron
que se puede amar
aunque a veces amar significa dolor,
sabe a sacrificios y a pensar
en otro como si fuese tu corazón.

Me enamoré de las piedras de nuestro camino.
A decir verdad, nadie lo tiene fácil,
pero nuestro sendero se hizo de grava y violetas,
de arcilla húmeda y margaritas en flor,
de dimes y diretes
que nos los pasamos directamente
por donde triunfa el amor.

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