Probablemente serán mayores mis errores que mis aciertos.
No pretendí ser perfecto.
Cargo con todas las causas pendientes,
los delitos que cometí,
los miedos que causé,
y los sueños que destruí.
Llevo el lastre de cada caricia que di,
sin escuchar un rotundo si.
Llevo los lamentos de los besos
sin respuesta del silencio.
Dentro del metro cuadrado de mi cama
he causado tanto daño
que debería ser acusado de terrorismo
ya que el terror que he causado
ha sido una explosión
en el corazón de mi amor perdido.
Pido perdón, no lo niego.
Pido perdón, no lo dudo.
Probablemente mi verdad sea
seguir en el lado oscuro.
A veces mi cuerpo se dispara,
mi corazón se acelera,
necesito escapar, necesito salir,
necesito gritar que soy culpable,
que padezco una enfermedad deleznable.
Yo fui quien acarició a Merichane.
Me declaro culpable de los cargos, señoría.
No puedo rebatir sus argumentos.
No puedo.
Desde que la escuché gritar
tras esos acordes,
no dejo de pensar
en todo el daño que la causé.
Consciente e inconscientemente,
por pensar únicamente en mi
y no en ella.
Fui egoísta, lo sé.
Maltraté solamente por descargar mi fusil.
Intento domar a la bestia.
Apagar su fuego, su ira,
diluir su vida, su instinto vil.
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