lunes, 7 de julio de 2025

Amarga memoria

 Se oye el rubor del mar de fondo.

Las gaviotas aleteando al alba,

el sol empezando a remontar

la línea del horizonte

y yo intentando recordar

los motivos que me llevaron

a olvidarte.


Cada día vuelvo a ser más yo

y menos tuyo.

Poco queda ya de aquel niño

a quien el amor golpeó

a miles de kilómetros de casa

y engañó en la suya,

Nada queda ya de mi

y todo por ti.

Inevitablemente vivir

invita a cicatrizar.


Esta amarga memoria,

ya no quiere ser gilipollas,

no olvida que lo vivido forma parte

de esta trampa llamada vida,

y a pesar de los desengaños,

cada vez es más adictiva.


Ahora que trato de disimular

el paso del tiempo,

mi piel cansada, el pelo cano,

la falta de vitalidad en mis formas,

tengo la experiencia que necesité

cuando de verdad necesitaba

vivir hasta agotar la vitalidad.


Tridilio

 Fiel compañera luna,

en noches en vela

que el frío arropa la duda.


Te espero al borde de la cama

esperando a desbordar

tu cuerpo de caricias.


Sigilosa reptas por las sábanas, 

como el cazador 

antes de hacer presa.


Bajan las pulsaciones,

aceleras mis respiraciones,

disparas tensiones y dilataciones.


El aire recuerda que estamos vivos,

y el cuarto embriagado 

del perfume de tu desnudez.


La comisura de tus labios

calma la sed de mi mundo, 

sequía árida de tantos fallidos años.


Descubres el mapa que oculto

entre las cicatrices y las llagas

de la última vez que me vestí en llamas.


Me pierdo en el mar de tus ojos,

oculto bajo aquellos pómulos 

cansados de tantos sueños perdidos.


Que las yemas de tus dedos

desbloqueen mi cuerpo 

y descubran mi caja de Pandora.


Sácame el corazón,

y déjalo encima de la mesa.

Que hable de emoción.


Sometamos el pasado 

a un tercer grado,

fiscalicemos los miedos.


Cadena perpetua sin tregua,

para aquellos 

que se van de la lengua.


Diseccionemos sentimientos,

bañémoslos en lágrimas,

que no ceje el empeño.


Hacía tiempo que no estaba, ni te esperaba.

Te exasperas. Me desesperaba.

Y a la noche la descubrió el alba.


Los cuerpos caen rendidos,

los sueños se desvelan

despreciados sometidos.



Sin más

los sentimientos emigraron de mi cuerpo

como los vencejos al sur 

cuando la del mes de Septiembre 

es la primera hoja en caer del Otoño.


la emoción hace tiempo desgranó la piel

que me vestía cuando la inocencia me abrazaba.

me abandoné, me dejé ir, me ausenté de mí mismo.

clavé mi mirada en un espejo, y ya no estaba allí.


presagie mi muerte, presidí mi funeral.

la cabeza se despegó del cuerpo,

mi tranco se alargó tanto que simuló trotar

no me hizo falta tal, hace tiempo que no estaba, sin más. 


sin pulso ni impulso, sin uso y sin querer amar,

y olvidé que lo que realmente quería 

no era marchar sino permanecer y estar,

quería reir, gritar, cantar y amar.


quería sanar mi cabeza, quería volver a la piel

y a dar cuerda al corazón para amar desde dentro

desde la raíz y la tierra que da sentido a la vida

y da comienzo a un nuevo día.

Amarga memoria

 Se oye el rubor del mar de fondo. Las gaviotas aleteando al alba, el sol empezando a remontar la línea del horizonte y yo intentando record...