los sentimientos emigraron de mi cuerpo
como los vencejos al sur
cuando la del mes de Septiembre
es la primera hoja en caer del Otoño.
la emoción hace tiempo desgranó la piel
que me vestía cuando la inocencia me abrazaba.
me abandoné, me dejé ir, me ausenté de mí mismo.
clavé mi mirada en un espejo, y ya no estaba allí.
presagie mi muerte, presidí mi funeral.
la cabeza se despegó del cuerpo,
mi tranco se alargó tanto que simuló trotar
no me hizo falta tal, hace tiempo que no estaba, sin más.
sin pulso ni impulso, sin uso y sin querer amar,
y olvidé que lo que realmente quería
no era marchar sino permanecer y estar,
quería reir, gritar, cantar y amar.
quería sanar mi cabeza, quería volver a la piel
y a dar cuerda al corazón para amar desde dentro
desde la raíz y la tierra que da sentido a la vida
y da comienzo a un nuevo día.
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