Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
martes, 26 de junio de 2012
El juego de la muerte
Desafiamos, insolentes, a los dados y movemos nuestro peón en el tablero de este oscuro juego de dolor y mentira. El juego de la muerte lo llaman, un juego de mentiras y miradas perdidas. No tenemos limites. No los conocemos. Nos gustan los lirios y las malvas a los pies de las cama de la reina de la noche, con brillo de espuma y nácar en su corona de plata gastada, en la oscuridad de su mirada.
Unos lo confían a Dios, otros lo llaman destino, algunos mala suerte, otros tantos desatino. Pero si algo sabemos, es que nos gusta que otros sufran, tanto como el tinto del vino, como el rojo cereza que corre por nuestros capilares, nuestros caminos. Y no sólo no sufrimos, sino que nos sentimos un poco más vivos. Nos recreamos en los sueños. Tenemos la misma responsabilidad que un niño.
Quizá el ser humano carezca de sentido. Quizá estemos tan cerca del licántropo o como del vampiro. Quizá el dolor ajeno nos produzca la misma sensación que un orgasmo desmedido. Disfrutamos tanto con el sufrimiento carnal, que no nos paramos a pensar en el dolor de la inconsciente barrera que alzamos para los acontecimientos que quedan por ser vividos.
Y así, seguimos presionando con fuerza el botón de las descargas de la silla donde se sienta nuestro vecino, porque preferimos ver como sufre, a verle ser feliz; preferimos ser dueños de su odio, que ser su amigo. Pasaran los días y seguimos prefiriendo ser malditos cabrones, que estimados compañeros de este empedrado camino.
Así pasará hasta el fin de los días, hasta que el último hombre se encuentre sólo ante el acantilado al que le hemos conducido con toda nuestra conciencia y nuestro atino. Porque esa es nuestra verdad y el trágico desenlace, nuestro sino.
martes, 19 de junio de 2012
Todo por lo que peleó un sentimiento
lunes, 11 de junio de 2012
Punto y final
Todas las historias bellas tienen un punto y final.
Repetiré mis errores, repartiré mis aciertos
y vaciaré mi maleta de infinitos secretos.
Los hay que siguen vivos.
Otros los maté yo, para llevarlos con los muertos.
Como todas las historias bellas,
hay amores y amantes,
hay noches con días
y señores que disfrazan los sentimientos
con el brillo de los diamantes.
Son bellas; y tristes.
Son dueñas de mi, y existen.
Algunas son parte del equipaje de mano
que uno decide cargar,
otras se quedan en el armario colgadas,
sabiendo que nunca las volveré a usar.
Y así, en este ir y venir de sentimientos,
en este oleaje enfurecido conmigo,
trato de aclarar lo que está pasando contigo,
intento decidirme entre ser protagonista,
o ser un indiferente testigo.
Las historias bellas siguen pasando,
aunque la tuya es más bella,
y a mi estos celos que siento,
lentamente me siguen matando.
Tan lentamente que a su dolor,
me estoy acostumbrando.
Miedos e Incertidumbres
El tiempo hace tiempo que dejó de dormir en un reloj, el reloj no detiene el control, ni el talento, ni el tiento… No distingo entre el bi...
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El tiempo hace tiempo que dejó de dormir en un reloj, el reloj no detiene el control, ni el talento, ni el tiento… No distingo entre el bi...
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Díselo tú… Aunque ella solo quiere bailar, y no se de cuenta que sus pasos ya no son suyos sino de esa música que suena y sueña sin parar....