lunes, 18 de marzo de 2013

Escapemos juntos...



Escapemos juntos. Vente conmigo, lejos…

No sé si será mejor o peor, pero prometo cuidarte, velar por tus sueños mientras duermes. Vivir lo que tengamos que vivir. Ser uno, ser tuyo, íntegramente tuyo. Seremos la luz que se cuela por la persiana al amanecer, seremos ese hilo de aire que se escapa tras un suspiro, seremos agua corriendo sin cesar hacia el mar igual que nosotros nos encaminamos a cientos de finales desembocando en tantas verdades que nos duelen, uniéndonos inconscientes a las realidades, a las vidas que se impregnan de nosotros y se atan a nuestros recuerdos haciéndonos imposible llegar a tiempo, impidiendo que nos enamoremos a tiempo, y dejándolo todo abocado a las puertas del cielo, cuando San Pedro nos diga que descendamos los peldaños por los que hemos subido por infringir las sumisas reglas de la sociedad que nos enmarca, que nos encuadra, que nos apunta, que nos dispara para manchar con nuestras sangre inocente los lienzos blancos del frío suelo de mármol que tantas veces nos ha servido para erizar nuestras pieles cuando andamos descalzo sobre él. Seremos hijos del infierno sin propiedades, sin adjetivos. Pero seremos luz porque seremos nosotros mismos, mientras ellos serán espectros.

Escapemos juntos. Vente conmigo, lejos…

No sé si será mejor o peor, pero prometo cuidarte, darte el aire que te haga falta para respirar. Soltar la soga que él puso alrededor de tu cuello, asfixiándote, ahogándote, dejándote sin respiración, lavándote la cara con tus lágrimas para escribir en el suelo los versos mas tristes que se puedan escribir con el maquillaje que se desprende de tu cara sobre el cuaderno blanco de los sentimientos que él ha ido borrando por no saber más que traerte dolor y daño, perfumándote en odio y rencor, arrancándote de un mordisco el corazón, dejándote sola y en silencio, a la deriva del viento que te trajo a mi, al son de los tambores que retumban en mi interior. Sigamos juntos, caminemos hacia el futuro, sin recoger el pasado. Nos iremos dejando las deudas pendientes, y las cuentas sin pagar. Haciendo borrón y cuenta nueva en esto que algunos se empeñan en llamar amar, en esta cuestión, que mas que interrogación es exclamación, en un sujeto indirecto soy pasivo de admiración. El tesoro está en la profundidad de tus ojos, en el fondo de tu personalidad, entre brumas y sombras que se agotan al salir el Sol. La llave la llevas guardada en el corazón.

Escapemos juntos. Vente conmigo, lejos…

No sé si será mejor o peor, pero prometo cuidarte, descansarás tranquila, de noche, buscaremos inauditos paisajes a pie, aparcaremos vivir subidos a la velocidad de un lujoso coche. Seremos transeúntes. Seremos dos locos, dándoles igual lo que se pregunten, porque nuestros besos estarán delante para aquellos que nos juzguen. El viaje prometo que será largo y las intenciones las mejores, y el cielo se cubrirá de telas de mil colores, para que la alegría nos despierte con el aroma de las flores. Seremos diferentes. Seremos tú y yo, y el, y ellos se removerán en su sofá de arenas movedizas hundiéndose, sumergiéndose. Prometo salvarlos antes de que se ahoguen, pero es que antes tengo que hacerte feliz. Tú eres lo importante, tú eres lo más grande. Tú eres mi estrella errante, la persona que se esconde detrás de cualquier sombra de un gigante. Seremos aire, para que respiren los que quisieron asfixiarnos. Se ahogaran de tanto como seremos porque a pesar de todo seremos inmortales, seremos amantes de galaxias siderales, seremos leyes fundamentales. Dibujaremos corazones con las estrellas, y que nos admiren como admiraron a la mujer más bella. Devoraremos misterios para coronarte reina, mi dueña.

Escapemos juntos. Vente conmigo, lejos… Alcanzaremos el cielo.

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