viernes, 8 de enero de 2010

Carta a la amistad

De vez en cuando me da por hacer cosas como las de hoy. Congregar a la gente que más me gusta alrededor de una mesa y evaluar como nos va la vida a todos. Un puchero, un buen vino, y vuestra compañía, el resto queda en manos del azar y de nuestra autenticidad, queda en pos de que cada uno diga lo que siente, lo que le está pasando... no se porque pero me gusta oíros, me gusta sentir que dentro de esa forma de ser que tenemos cada uno, todos tenemos algo que nos atemoriza que nos quita el sueño y nos preocupa, alguien a quien queremos, alguien a quien odiamos, y que a fin de cuentas los que somos, estamos ahí, los que estamos sabemos que somos los que somos... ya sabéis que me refiero.

Y es que hay cosas que nadie puede comprar, y entre ellas está la amistad. Eso es una verdad absoluta y que nadie me la niegue, porque le diré que es mentira, porque si una amistad se compra ya no es algo que está en el aire, ya no son sentimientos. Yo desde luego nunca he ido al mercado a comprar un kilo de amistad, ni cuarto y mitad de sentimientos. Lo que tenemos entre los que hemos estado y algunos pocos que han faltado se consigue ahí afuera, se consigue con el día a día, se consigue con las miradas y las risas, con las historias y las aventuras, con las discusiones y las riñas. Se consigue porque somos como somos.

Quizás os penséis que esto pasa en las series de ficción de la televisión, quizás en algún que otro libro, pero no. Esto es la vida, esta es mi verdad. Honestidad, sinceridad, autenticidad, cariño, perseverancia y comprensión, un poquito de agua oxigenada para las heridas. Yo sé que hay bastante más gente que cumple estos requisitos, exquisitos, si pero indispensables para que sea original, y no me refiero a original como innovador, sino a original como de origen. ¿Lo sabéis todos, verdad? Algunos los junto en una mesa alrededor de un puchero de comida y a otros los siento en una mesa detrás de un café. Con unos me río, convivo, más o menos a diario, pero otros son mi descanso eterno, son mi paz interior, son quienes llenan el alma... todos y cada uno de ellos, ¿y ahora que hago? Pues lo único que les puedo mostrar es mi gratitud por sacar lo mejor de mi, y por seguir estando ahí.

Impresionante significado el de la amistad. Impresionante la compañía que nos garantizamos para el espíritu. Sólo nos hace falta mirar a los ojos para transmitir con una mirada, con un simple pestañeo, la complicidad, para interpretar como están nuestras pieles, nuestras cabezas, nuestras almas. Os contaré que no he tenido muchos de vosotros, os contaré que el ejercicio que realizo a diario ahora, me beneficia, me relaja y me descarga... me siento bien conmigo mismo. El espíritu descansa a gusto. Es imposible la reflexión, es increíble como late mi corazón. Ahorrate el esfuerzo y haz lo mismo. Unas gotas de cariño, una mesa, un buen vino, y compañía. Ahorrate el disgusto, y trabaja la sinceridad. Descansa que es de verdad. Descansa que ahí estan.

Os quiero a todos.

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