Quizás quise correr demasiado...
a mis veintiséis
quise ser hombre antes que niño.
Salté del precipicio sin red.
Me quité el vestido de la locura,
y me disfracé de responsabilidad,
y ahora ando a contrapié;
queriendo hacer lo que no hice ayer,
y tratando de olvidar porque
lo que hice no tuve que hacer.
Quizás quise ser hombre,
por crecer, por sentirme seguro,
por transmitir mi autoconfianza,
por desprenderme de los miedos
que me persiguen, que me atenazan,
por demostrar que el amor existe,
por olvidar el miedo que amenaza.
Me puse la máscara adulta,
media máscara veneciana,
que cubre la realidad de mi mirada,
que me sirve de refugio
la que oculta mi morada,
el baile de máscaras toca a las doce,
el vals con la muerte...
cuando me acuerde.
Quizás quise ser niño,
por no olvidar lo que fui,
y reír por reír,
y jugar por jugar,
sin preocuparme nada mas
que por ser feliz,
por olvidarme que crecer
es empezar a morir,
por sentirte cerca,
por estar junto a ti.
Quizás quise ser hombre
por que no me traten como a un niño,
quizás quise ser hombre,
por miedo a ser siempre un niño.
Aunque me roben los sueños,
aunque quede claro que me los quitaron,
seguiré dentro de ellos
por que ellos son míos,
y yo soy de ellos.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
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