miércoles, 17 de febrero de 2010

La herida de amor no cura

Pasan los días
y mi corazón se acelera
cada vez que te veo,
cada vez que te miro,
cuando contemplo tu belleza rebelde,
cuando navego en mi sueños,
donde te imagino,
simplemente mía.

Pasan los días
y parece que Cupido
acertó de lleno con el corazón,
parece que Cupido
no ha entendido mi oración.

Me pedí un ramo de rosas muertas,
me pedí la fragancia de lo podrido,
pero eso no es lo que ha venido contigo.
Contigo los días son de luz,
y la calma me atraviesa en mi razón.

No secuestres mi alma,
déjame que respire,
que suspire y que te mire,
que sea yo quien se eleve al espacio,
que sea yo quien ocupe el infinito de los mares,
que la flecha me duele
y la herida de amor no cura.

Sana mi memoria,
borra cada mal momento que pase estos años atrás
y regálame la esencia de los venideros,
vuelvo a sufrir en silencio
pero no de dolor,
vuelvo a sufrir por lo más bonito
conquistar aquel amor.

Te dejo ocultas mis palabras,
muestras de deseos,
mis eternos sentimientos
los arrasó tu huracán,
devastaste la piedra de mi conciencia,
y dejaste a flor de piel
la armonía del romanticismo más puro.

Tus ojos tristes...
tu sonrisa eterna...
tu silueta adormecida...
tu inconsciencia que desconoce
lo que hoy callo tras de mi,
cuando despertemos juntos
y te bese en los labios,
para susurrarte al oído
mis palabras, mi te amo.

Hoy me he vuelto a enamorar,
y tengo ganas la verdad,
de olvidar lo que he de olvidar,
y de ser sincero
que a mi edad no está nada mal.
Déjame decirte que te quiero hacer feliz,
déjame decirte que te quiero
que mas puedo decir...

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