Mi corazón se acelera,
siento sus latidos golpeando contra el pecho,
siento que alguien ha entrado dentro,
y tengo miedo.
Esa presencia perturba mis sentidos,
me hace respirar
de una forma desacompasada,
la fatiga llega a mi cabeza.
Han desaparecido los grises de mi vida,
y poco a poco,
todo vuelve a su ser,
las rosas crecen en primavera,
y su perfume es parte de tu piel.
Han desaparecido las palabras de odio,
y las he cambiado por estas de amor,
las que te regalo,
las que son para los dos.
Pero no puedo solo,
necesito una señal,
necesito que arriesgues
para que yo pueda saltar,
necesito verte y tus ojos brillar,
necesito el aire que me puedes dar.
Aunque tarde o temprano
me tendré que mostrar.
Verde campo el de tu mirada,
pálido cielo el de tu piel,
suave perfume entre tu pelo,
dejame que llegue a enloquecer.
Paseate frente a mi,
dame envidia,
que me cueste ser feliz,
y aunque después me alegre de tenerte,
puedes hacerme sufrir,
aunque después dejame quererte
y a tu rostro dibujarle
cuando arranca a sonreír.
Cada noche me despierto,
esperándote,
esperando tus momentos,
ven y muestrame,
que aunque yo te llevo dentro
me esta condenando saber
que te tengo lejos de mi cuerpo,
y que no sé si te voy a tener.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
miércoles, 17 de febrero de 2010
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Miedos e Incertidumbres
El tiempo hace tiempo que dejó de dormir en un reloj, el reloj no detiene el control, ni el talento, ni el tiento… No distingo entre el bi...
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Díselo tú… Aunque ella solo quiere bailar, y no se de cuenta que sus pasos ya no son suyos sino de esa música que suena y sueña sin parar....
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