miércoles, 22 de junio de 2011

Al despertar

Otra noche dormiré solo
y mis malditos sueños
se apoderaran de mis misterios,
de los secretos prófugos
que transporta mi corazón por dentro.
Otra noche mas,
la soledad se acuesta a mi lado
y se mueve, se agita,
la soledad me clava
su brazo en la espalda
para que la recuerde todo el día.

Entre mis sueños se mueven
las alegrías y las penas,
se cruzan entre sí,
juegan y revolotean
como los gorrioncillos
juegan en su nido cada mañana,
pero a mi me duele
esa sensación, ese vacío
que cuando despierto
me produce cierta desesperanza.

Mi respiración es lenta y pausada,
mi corazón late tranquilo
en su perfecto compás de dos por dos.
Me giro al otro lado de la cama,
a la mesilla vacía,
ese hueco al despertar
sin nadie que te ame,
sin nadie que te mueva en la vida
un sentimiento, una nueva realidad.

Otra noche mas que pasé solo.
Otra mañana llegará como despistada
y en la que el alba me abrazará
entre los aromas de los jardines
que se cuelan en mi ventana
y que me dicen que tu te vas.
Que no se queda conmigo
ni tan siquiera esta maldita soledad.
Que te aproveche la marcha,
yo me siento aquí,
al lado de la dignidad.

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