Qué difícil es ser o estar...
Qué difícil es pensar...
Qué difícil una palabra,
y que complicado es hablar
cuando a quien deseas 
piensa en tu mejor amigo, 
y tú no entras en el plan.
Me desaté los cordones
que anudaban mis pies
para que la sangre circulase
tan rápido y voraz
como quise que se marchase
ese sentimiento que destrozaste.
El golpe fue certero,
y mi sueño se rompió y dejó 
los pedazos esparcidos en el suelo.
Sus ojos me dejaron ciego
porque ahora sé que no soy yo
y que solo fui parte de tu juego.
Nunca me dijiste que me amabas
y yo me enamoré, como si nada.
Nunca quisiste verme sólo,
y ahora te descubro con él
entre los sueños de la mañana
y mensajes tras silenciosas llamadas.
Inquieto me muevo en la cama
y lo que antes eran películas románticas
ahora son pesadillas despiadadas,
lo que antes eran delirios de fragancias
ahora son realidades de agua estancada,
aromas putrefactos de basura abandonada.
Mi razón me pregunta
si le guardamos rencor 
por cruzarse en el camino,
si el no es más que mi colega,
mi hermano del alma, mi amigo,
desde antes de ser niños.
Y mi corazón contesta
que el amor es un teorema complicado,
y me dice que se ha dado cuenta
que hay intereses sentimentales creados,
y que son los primeros que se cobran
cuando el corazón es descabellado.
A él se lo perdonaré algún día...
A ella le deseo que se estrelle
en la galaxia de la envidia.
A él le sonreiré irónicamente
y le daré otra vez 
mi amistad en vida...
A ella le deseo 
que lo que le queda
sea el dolor de las auténticas heridas,
las que no sangran para fuera
y que por dentro se desangran
y dejan el alma perdida.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
miércoles, 1 de junio de 2011
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Luz de mi vida
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