lunes, 6 de junio de 2011

Aún me siento Peter Pan

Pierdete en el camino hacia Nunca Jamás,
haz de las baldosas amarillas
una senda de alegría y animosidad,
haz que los cuentos de niños
rescaten un pellizco de felicidad,
el tiempo de la infancia
el recuerdo de la auténtica vida real.

Muerde la manzana roja de la pasión
sin miedo al veneno de la bruja
del castillo de frustración.
Haz de los recuerdos
la casa de solidos cimientos
para que el soplido del lobo feroz
no derribe nuestra emoción.

Pasearemos con Caperucita Roja,
reina de los bosques,
recogeremos nuestros mejores propósitos,
nuestra cesta se llenará
para que mañana recordemos,
de donde venimos
y el camino que hemos de tomar.

Nos sentaremos a orillas del Lago Ness,
y en vez de un monstruo encontremos
un Patito Feo solitario y deprimido,
quizá él no sepa aún lo hermoso que es.
Te ayudaré a crecer sin miedo,
en algún momento de angustia
quisimos ser gaviota del cielo
y volar hacia el sueño prometido,
pero en la vida todo es andar.

Casitas de chocolate,
Hansel y Gretel
nos abren la puerta del amor,
nosotros, egoístas y envidiosos,
nos la comemos sin descubrir su sabor.
No nos quedaran migas de pan
para descubrir de nuevo el sendero,
nos da igual lo que pase,
no sabemos decir te quiero.

Te conté como perdí
de vista a Ricitos de Oro.
El Espantapájaros nos contó
que el hombre de hojalata se oxidó
tras las últimas lluvias de ácido color.
El Gato con Botas maulló al atardecer,
y la Ratita Presumida se escondió
porque ya nada es como debió ser.

¿Sabes que encontré a la Sirenita
bailando al compás de la orquesta del mar?
Preciosas sus piernas,
deslumbrante e hipnótico su mirar,
las olas son sus hermanas,
los celos me alcanzaron
y nunca se dejó acariciar.

Hojas de color sepia,
recuerdos de mi madre a contraluz,
al final del pasillo
imagino un candil iluminado,
y descanso en mi cama
escuchando miles de historias,
y me duermo tranquilo,
se que aunque tenga frío
dormiré arropado.

Encontramos las baldosas amarillas...
llegamos a nuestro nuevo destino,
a nuestra ansiada ciudad,
somos de nuevo habitantes
de la mayor de las comunidades,
volvimos a Nunca Jamás,
nos colgamos del garfio de la felicidad.
Aún me siento Peter Pan.

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