domingo, 13 de mayo de 2012

El insomne poeta

El poeta sintió frío a medianoche
y se cubrió por encima
con una manta bordada de letras.
De colores asonantes
para dormir, para soñar
con otros amores fascinantes,
para intentar sonreír y volar.

El poeta sintió frío,
y tu recuerdo se metió en su cama
como parte de aquella pesadilla
en que se convirtió sentir que Soledad
es la única que le devuelve cariño,
y sus gemidos de placer son
como el llanto de un niño.

El insomne poeta sintió frío,
y asustado pidió consejo.
El viento ruborizado,
le envolvió con caricias de aire,
y lo elevó al celeste del cielo,
para contemplar hipnotizado
su auténtico infierno enmarañado.

El poeta sintió frío a medianoche,
y de aquel viaje interespacial,
volvió al lecho escondido
tras las ruinas del Big Bang,
y busco Los restos del naufragio,
los Anillos de Saturno
con que nos habíamos prometido.

El poeta se volvió a quedar dormido,
y todo fue incoherentemente reducido,
a insulso polvo original,
aunque las cenizas del funeral,
convertidos en ser humano,
y se tornaron en blanco
para decirme bajito y al oído,
con sedosa voz, aún te extraño.

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