Como crujen las maderas de mi ventana cuando
furiosa golpeas toda tu ira y tu vuelta, que vuela como un trozo de papel que
se queda olvidado en el suelo y juega a bailar abrazado al viento.
Hemos sido tantas veces otros, como otros fueron
ayer, y mentimos porque ellos también se han disfrazado de mentira. Pero hoy;
hoy me disfracé de sonrisa y sinceridad, con mis zapatos de payaso y mis
parches en el pantalón. Las pinturas de mi cara las trajo la vergüenza de
pronunciar te quiero al oído, bajito y solo para ti, pero a los ojos de todo el
mundo, amor. Quizás podamos apagar el fuego, y retener el agua, pero es
imposible detener un sentimiento, y más si la barquita del amor navega en sus
aguas.
Entre sus velas blancas de papel, un pincel
travieso se inspiró en tu piel, y te dibujó para que el viento bese tus
mejillas al empujarme a navegar, donde duermen los eternos, donde viajan las
palabras que escupe el silencio, y quizás así encuentre remando entre las
palmeras de una isla desierta el cofre del mayor tesoro de la humanidad, el
tesoro de los besos que no se dan.
Ahora suenan mis pisadas al andar. La humedad se
ha pegado al suelo con tanta intensidad como te abrazaré cuando vuelva a verte.
Y así entre gotas de frío, nuestros dientes que antes castañeaban tendrán que
enfrentarse al calor de los labios que amainan el temporal de la mañana al
despertar. Tras ese beso que pone todo del revés ya nada será igual, porque tu
veneno ahora ahoga mis lágrimas, y los pájaros se quedaron en el suelo con el
resto de los animales para pasear. Los árboles serán presididos por los frutos
rojos del alma dispuesta a amar. Agítala cuando esté madura, hazme caer, para
tenderme la mano y levantarme; ahora bien te digo no me toques, no molestes si
lo único que quieres es recolectar.
Quizá mañana, el frío cale mis huesos, y las
lágrimas por vender el alma para amar borraran la sonrisa magenta pintada por
el carmín de esos labios que se tatuaron en el lugar de mi cuerpo que solo yo
se encontrar. Quizá mañana dejemos de sumar uno mas uno para ser dos por uno,
dispuestos a ser cualquier resultado tras el igual. Si positivo o negativo, que
más da. Lo único importante es hacer lo que hay que hacer porque el corazón
manda y su salud es capital. Perdóname, si tras mostrarte mis principios,
te robé la libertad. Y lo siento si te mostré mis principios, cuando más cerca
se encuentra el final. Me desplomo en el suelo, y fallezco harto de vivir esta
locura inaguantable que se llama amar.
Que me entierren entre bosques de letras, que las
flores que me llevéis tengan vuestro perfume, porque vosotros y este mundo tal
como es, sois mi única verdad. Amaos con el corazón y dejar de un lado la razón
si lo que buscáis es la felicidad...
Adiós el viento me arrastra, mi barquita vuelve a
zarpar mar adentro, el viento sopla tu vela y mi alma henchida mira atrás.
Nostalgias. Recuerdos poco antes de saber cual es la verdad. Luces blancas.
Cuerpos ligeros. Luces blancas. Luces... No hay nada ni queda nadie más.
Nos quedamos solos con el aire, el aroma a rosas
y la maldita y ansiada libertad. El imperio es vuestro. No dudéis si hay que
luchar, disparar al corazón, pero con balas cargadas de vida para amar.