Cierra la puerta cuando te vayas.
No olvides apagar la luz.
Déjame escondido en la penumbra,
porque no quiero que me roben de nuevo,
lo que hoy te has llevado tú.
Soy un puzzle sin acabar,
ese dibujo pegado del corazón
que no nos deja escuchar
lo que hay tras las paredes del alma,
con su incesante tic-tac
y que se instala en mis oídos
para que nunca te pueda olvidar.
El tiempo pasa y vuela raso
lo que pudo ser y no fue,
y quizás no llegue a ser jamás
porque de no ser por ti,
mis besos no serán secuestrados
ni por el mas sugerente lunar.
Siempre hubo insurgentes misterios
que por unas o por otras
se quedaron sin resolver,
igual que siempre sale cruz,
y en mis manos los estigmas
me indican que hoy también,
toca de nuevo perder,
toca de nuevo volver.
Ya no sé si es de noche o es de día,
ya no sé si te fuiste,
o si aún sigues siendo mía,
lo que se es que por dentro tengo frío
y me cubre un abrigo de piel de cobardía.
A veces siento calor,
y para desprenderme de él,
llueven lágrimas del mes de Octubre,
igual que llega ácida a nuestra piel
la gota fría que nos derrite como la miel.
Siento que jamás volveré a querer
como alguna vez hice en la vida,
como tú me amaste alguna vez,
como el día gris aquel
que se me olvido leer tu carta
cuando escribiste que me querías.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
miércoles, 17 de octubre de 2012
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Miedos e Incertidumbres
El tiempo hace tiempo que dejó de dormir en un reloj, el reloj no detiene el control, ni el talento, ni el tiento… No distingo entre el bi...
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Díselo tú… Aunque ella solo quiere bailar, y no se de cuenta que sus pasos ya no son suyos sino de esa música que suena y sueña sin parar....
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