lunes, 27 de noviembre de 2023

La Fama

Al brillo, a la luz, al éxito y la fama

es fácil acostumbrarse.

Tiene buen gancho, 

no necesita publicidad,

diluye cualquier interrogante.

Tiene tacto suave, 

y un perfume de miel que atrapa.


La mirada seductora,

sin apenas abrir los ojos,

sin necesidad de usar filtros

que mezclen azules verdes o rojos

y un deje en la voz

a medio camino 

entre la arena y la resaca,

a medio gas 

entre la fatiga y el agotamiento.


Todos los focos 

apuntan hacia ella.

Todos están pendientes de su próximo éxito,

solo esperan que como mínimo iguale

a su último “hit”.

Una nueva oportunidad para mostrar

que siempre está a la altura de dar

su mejor versión.


La fama está tan cansada de ser,

que sigue siendo famosa sin querer.

Despiadadamente reconocible,

indescifrablemente pública,

inesperadamente lúdica.

Todos hablan de ella sin conocerla,

con tantos argumentos que

creen conocer su vida,

y lo que generan es rabia e ira.


¿Cuál es la marca que distingue

entre llama e incendio?

Sueña con fundirse 

entre humo y cenizas.

Quiere confundirte 

para que no sepas distinguir 

la realidad del sueño,

lo divino del infierno.


No muestra síntomas de debilidad, 

pero la fragilidad forma parte

de su piel a punto de romperse

por las cicatrices 

ya cosidas en mas de cien remiendos.

La fama no es amiga de llorar,

pero las lágrimas y la soledad

de estar sola entre tanta gente

le recuerdan que solo ella

sabe cual es su verdad.


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