Se despide el invierno 
de nuestros pálidos cuerpos.
Por fin deja de sacudirnos 
con sus temblores el frío 
que viste cada uno de nuestros días,
por fin desaparecen los abrazos de calor
y comenzamos poco a poco 
a despegar nuestras pieles,
de las artificiales pieles.
Se despide el invierno,
y atrás quedan los días de nieve,
donde los vestidos 
que cubrían las ciudades 
eran de un blanco puro y virginal,
donde el blanco suelo
despertaba los gélidos pasos
bajo nuestros mullidos pies.
Se despide el invierno,
ya quedan para el recuerdo
las tardes de soledad de la plazuela,
ya comienzan a despuntar 
los primeros rayos del alba 
antes de espabilar nuestras miradas,
los cielos se tiñen de lirios
mientras el Sol desarropa a la Luna.
Se despide el invierno
y vislumbramos ese efluvio primaveral,
donde todo comienza a fluir con mas agilidad,
donde el aire está cargado de poesía
y los románticos se descubren en cada esquina.
Demos la bienvenida al Sol,
a las luces y los colores 
que visten nuestras calles.
Demos la bienvenida al Sol,
y al canto de los gorriones 
como nuevo despertador.
Demos la bienvenida al Sol,
y los días de refugio,
cuando llueve por error.
Demos la bienvenida al Sol,
los aromas que desprende
evocan al Dios del amor.
Luces al alba,
y al ocaso le cuesta más amanecer,
luces de calma
que descubren mi alma y mi ser.
Ella y él se acechan en la inmensidad 
de los jardines del atardecer, 
cosas de las flores
que nos desatan las cadenas del placer.
Perfumes de brisa fresca,
aire de esperanza y miel,
alegría desmedida
y un nuevo cuento por leer.
Olores de incienso;
albero bajo mis pies,
devuelveme la alegría
de la primavera al nacer.
Rocío se cae al suelo
cada mañana al amanecer,
me deja las lágrimas de las rosas
y el picorcillo de luz sobre mi piel.
Rocío descubre sola
el aire que desnuda su piel,
Rocío sabe que sola
se muere al amanecer.
Primavera en mi cabeza,
la yerba viste mis pies,
los sentidos se excitan
por olvidar el invierno cruel.
Sentado frente a una estrella de luz,
arropado por su calor
disfruto cada segundo
de la soledad de mi corazón.
Se despide el invierno,
y por fin descongelo mi corazón,
se despide el invierno
y ahora se hace la luz en mi interior,
se despide el invierno
con la esperanza de unirme a tu amor.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
martes, 9 de marzo de 2010
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