Sólo puedo escribir dos palabras.
TE QUIERO.
No me queda tinta para nada más,
no pienso en otra cosa
que no sea todo lo que significa
el precioso tesoro de los sentimientos,
el que engalana los cuerpos de caricias,
como lo hace la palabra amar,
no pienso en otra cosa
que en el carmín de tus labios
y en las estrellas azules
que se descubren en tu mirar,
emborracharme con los besos
de ron, limón y caña de azúcar,
y acostarme cuando el sol
descubre al despertar.
No descubro más verdad,
sólo veo la silueta de tu cuerpo
una sombra a contraluz
que poquito a poco se va,
quedando cada vez mas pequeña
desde donde esperaré sentado
a que te gires para mirar,
y gritarte que vuelvas
que aún me queda mucho que contar.
Nunca me he escondido de los versos,
siempre he estado en el mismo lugar,
esperando a pecho descubierto
por si los sentimientos los quieren guiar
a donde estoy tranquilo sentado,
a donde sé que voy a amar.
Me desnudo ante las musas,
mi cuerpo se enciende con mirarlas
y es el síntoma de mi sinceridad,
del que no le quedan palabras para gritar.
Me contento con mirarte,
sin tocarte imagino como será
tenerte entre mis brazos,
aspirar tu perfume de mora
y volver a encontrarnos
una y otra vez en el mismo lugar.
Mi orgullo es encontarte cada día,
a mi lado tumbada, semidesnuda,
mi deseo es dormir contigo
y despertar juntos al despertar.
Pero de momento no estás
te busco entre la gente,
entre las almas que vagan sin destino,
te busco en cada rostro que me cruzo
dentro de los vagones de la amistad,
y no te encuentro,
dime donde te has metido,
dime donde estás,
mi preciosa soledad.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
viernes, 25 de junio de 2010
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Miedos e Incertidumbres
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