miércoles, 29 de febrero de 2012

Malditos Espejos

Malditos y crueles espejos.
Nos dicen las verdades
que no queremos escuchar.
Son tan sinceros
que duelen mas sus reflejos
que nuestras agrietadas manos
si nos cortamos con su cristal.

Cóncavos, convexos, con formas,
su realidad es tan inapelable
como que la vida es vida
por el hecho de vivir, y respirar;
como que intentamos basar
nuestras certezas en las mentiras
porque nos hace feliz
creer nuestra impropia ironía.

Malditos espejos de oscuro cristal,
se empeñan en los pensamientos,
se enojan por saber toda tu verdad.
No están, se vienen y se van,
se ocultan los reflejos,
y las formas quedan grabadas
en materiales, en formas de aire,
en tus dedos, en las llagadas manos
cansadas de tanto trabajar,
y al final vuelves,
y de nuevo te vas.

Y esa silueta me sonríe,
y soy yo el que de nuevo se vuelve a reflejar,
y de pronto tu sonrisa, la que intento acariciar
pero miro intensamente y ya no estás.
Mi imaginación es mi vieja consejera,
la imaginación es el mundo de mi realidad,
la que yo quiero vivir, la que vive en libertad,
la que suelta mis cadenas, mi vida, mi verdad.

Maldigo el reflejo del cristal,
malditas razones que se visten
a orillas de la espuma del mar,
y pasan las historias y la gente,
pasan las cosas, y pasas tú;
pasas pero no te quedarás
y quedas grabado en mi memoria,
en el espejo de mi historia,
en el espejo donde me veo guapo de verdad,
en el espejo del que yo elijo la realidad.

Mi furia acaba con todo...
y no quedan mas
que pedazos de aquel cristal,
porque yo te he llamado
frente a él tres veces,
y tres veces me has dicho
que nunca me amarás.

Mi sueño se ha deshecho,
se hundió en las profundidades
de este inmenso océano,
en el que nunca mas volveré a amar,
esa vieja y gastada palabra
en la que nunca más
me volveré a bañar,
porque tú eras mi flotador
y si me sumerjo me ahogo
y tú no agarras mi mano,
me ayudas a respirar.

Malditos espejos,
saben cual es la verdad,
pero me ocultan mentirosos
la desgraciada realidad.
Malditos espejos...
Maldita sinceridad...
Maldicen mis labios tus labios,
y toda esa palabra que decia amar.

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