martes, 14 de febrero de 2012

Mis verdades y tus mentiras (San Valentín)

Hola amigo lector/a:

Pues si, 14 de Febrero, otro San Valentín más (El santo de una de las personas mas importantes de mi vida) y como no, El Día de los Enamorados, y yo sin estarlo os quiero desear el más prospero y satisfactorio amor del mundo. De momento y para empezar bien os dejo un ramo de rosas rojas y una caja en forma de corazón en la mesita. Ahora bien aquí comenzaré a hablar, a contaros mis pensamientos, porque me da la gana y hoy me apetece que así sea. Todos los que me seguís habréis comprobado que la mayor parte de mis publicaciones hablan del amor (…el desamor también forma parte de él) y hoy no iba a ser menos. Para empezar, intentaré ser lo más sincero posible, quizás llegue a rozar la crueldad, porque a muchos los días como hoy les (me) duelen.

Me duele ver que hoy os acordáis del amor, mucho, demasiado, quizá en exceso. Esta bien que haya un día para que todos lo recordéis pero lo que no me gusta es que lo olvidéis el resto de los días del año. El amor es el motor de la vida, es lo que le da sentido y el que durante trescientos sesenta y cinco del año (trescientos sesenta y seis si es bisiesto) infravaloramos. No le damos la importancia que tiene. Me encantaría que hubiese alguien que al despertar se acordase de mi todos los días; unas veces porque ellas no han querido, y otras porque mi corazón no ha podido, desgraciadamente para mi no ha podido ser. He de reconocer que, de momento, he conocido el verdadero amor una sola vez, y no descarto que vuelva a ocurrir, aunque esta vez lo espero de otra forma. Será algo más maduro, más comedido, más sincero, pero también me lo imagino menos espontáneo, menos intenso, menos complicado, aunque esto último es verdaderamente difícil, porque amar es complicado a las buenas o a las malas. Amar duele. Duele ser ese que está ahí siempre y nunca obtiene esa mirada, ese abrazo, ese beso.

Está de moda entre los “single” decir que están enamorados de la vida... Y una mierda. No os lo creéis ni locos. Todos, y digo bien todos, estáis deseando volveros a enamorar pero de alguien. Por muy fuerte que haya sido el desengaño, por muy difícil que haya sido romper con el pasado, por mucho que aún no hayáis roto con él. Todos deseamos tener en nuestra cabeza ese otro “yo”, ese que sin querer se lleva todos vuestros pensamientos en blanco, ese que permanecerá a nuestro lado siempre (o por lo menos durante un tiempo), porque es importante tener alguien dentro de nuestra sesera. El mundo se cimentó dentro de los valores del amor y así seguirá (hasta que la economía diga lo contrario en cualquiera de los casos), lo que ocurre que de lo que verdaderamente tenemos miedo es que nos vuelva a joder; porque jode mucho cuando duele, cuando se acaba, porque es duro ese momento en que nos derriban de un soplo el castillo de naipes de ilusiones que habíamos construido en el aire y no queda nada. Esta es la única verdad. El miedo es más poderoso que las razones.

Así lo pienso y lo creo. Por eso hoy, aunque sea 14 de Febrero, estoy enfadado con todas esas muestras de amor, estoy enfadado con el mundo y estoy triste. Porque las envidio y las deseo para mi, porque no me escondo cuando lo pienso y lo digo; así me lo prometí un día y así lo haré aunque a veces los contextos en que lo haga no sean los mas adecuados porque a pesar de todo me sigue dando mucha vergüenza decirlo cara a cara porque aún acostumbrándome a la derrota, tengo miedo a perder. Posiblemente sea el último dentro de este campeonato seguro, porque he creído enamorarme mil veces y he perdido novecientas noventa y nueve. Hoy sigo enamorado pero ella no me quiere ni creo que eso cambie, pero en mi está el seguir igual. Al menos estoy tranquilo porque ya lo sabe… quizá sea ese el problema. He levantado mis cartas del tapete antes de tiempo, y he dejado ver mi jugada fácilmente, pero para mi el amor ha de ser tan clara como el agua en el nacimiento de su cauce. Es así. Así soy y así seguiré. Estoy convencido que algún día hablaré desde el otro lado. Y os podré decir lo contrario. Aquí os espero.

Así que la historia está así y una vez más os deseo amor y felicidad. Que os gusten mucho las rosas que os dejé en la entrada y los bombones que van dentro de la caja con forma de corazón, porque ya os habréis dado cuenta de que son bombones lo que hay en su interior, a fin y al cabo a nadie le amarga un dulce y te estoy imaginando leyendo esto con uno en la mano. Ya después si eso, si os apetece, me pedís las explicaciones necesarias. Yo aquí estaré, encantado de hacerlo. Ya sabéis que a mi lo que me gusta es hablar.

Un beso a tod@s

2 comentarios:

  1. Me parece muy razonable...pero todos,absolutamente todos en el mundo decimos odiar este dia..sin embargo,todos abaolutamente todos,lo celebrariamos de una u otra manera...hay años que mas y años que menos...pero lo hariamos ;)

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  2. Estoy muy de acuerdo contigo... a fín y al cabo esa sería la conclusión de esta entrada.

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