Vuelve a tropezar contigo, y yo conmigo.
Vuelve a caer en esta piedra,
con tu nombre grabado en mi camino
que aunque intento dejarte en el olvido,
el olvido siempre viaja conmigo,
el olvido acaba siendo testigo.
Arráncame el alma.
Descóseme el corazón a jirones.
Que mi sangre vista de rojo tus uñas
a la par que clavas en mi espalda el delirio,
mientras dejas el lienzo de esta piel
tatuado de éxtasis helado y fuego frío.
Imposible no postrarme ante ti, caer arrodillado.
Si tu ejercito rompre filas,te defenderé,
de tu corazón me hice soldado.
Al final las cicatrices quedan para recordar
cuantas veces has caido derrotado,
si te has equivocado o te has enamorado.
Destrózame para luego reconstruirme.
Durmámos en los escombros de los malos recuerdos.
Sembremos sonrisas de sueños,
que de noche crecen más rápido las pasiones
y estas piedras son cómodos colchones,
son duras y penas, son emociones.
Mañana te irás en silencio
y yo me quedaré dormido,
con tus rítmicos jadeos,
con tus salvajes gemidos.
Mañana te irás y de nuevo
mi corazón quedará destruido.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
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