viernes, 16 de marzo de 2018

Desde una fría cama de hotel

Sin mis hábitos y tus silencios
en esta soledad marchita,
tumbado entre mis recuerdos,
te añoro y te siento dentro
desde una fría cama de hotel.

Entre arritmias que golpean mi pecho
por la carencia de sueño
y la nostalgia de volverte a ver
mis sueños desaparecen
por el deseo de tocar tu piel.

Sin mis paredes y mi gato,
sin los gemidos de la mañana,
sin tus arañazos en la espalda,
la soledad se hace dueña de mi calma.
Oigo vuestros sollozos en esta ausencia
que retumba con fuerza en mi alma.

Mendigo entre las esquinas,
vagabundo por tus besos,
inquieto por las caricias de mañana
cuando te encuentre otra vez,
no descanso, solo siento...
una y otra, y otra vez.

Una maleta llena de recuerdos,
con dos o tres harapos que vestir,
a veces dudo en quedarme desnudo
o vestirme de sentimientos por ti.
Desnudo para que vean quién soy,
recordarme de donde vengo
y lo que te extraño hoy.

A esta distancia que a voces
me descubre sentimientos
le susurro un minuto de ti.
En esta fría cama de hotel
me abrazo a la almohada
y la acaricio imaginándome volver.

Volver para estar mañana contigo
y volver a sentirte entre mi piel.
Volver a dormir en tu nido,
como el ave que emigra en invierno
deseando otra primavera
para volver, volver... Siempre volver.

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