No estuvieron juntos toda la vida,
pero supieron que aquel momento
era de los dos.
Se lo bebieron de un trago
y la resaca fue mejor.
Fluyeron libremente
por el cauce y sin rencor,
Se lamieron las heridas como animales,
saborearon su tez,
se supieron originales,
Encontraron las almas
en el rincón de los seres iguales.
Se desprendieron de la monotonía
vestidos de insensatez y locura.
A las claras del día se despidieron
con el deseo de no volver a encontrarse
y guardar el recuerdo
en el cajón de las experiencias vitales.
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