jueves, 11 de noviembre de 2010

No recomendado para menores de 18

No te voy a molestar, sigue ahí sentada. Solo vine a por el paquete de tabaco que me dejé guardado en la mesilla donde también guardaba los condones que compartíamos cuando nos arrollábamos como fieras en aquel colchón. No importaba si nos queríamos o no, solo nuestros cuerpos se llamaban y se agitaban como libélulas por cualquier punto de la casa. Unas veces eras tú la que me encendía, la que hacía arder mi cuerpo, incendiabas mi pubis y la temperatura corporal de mi cuerpo ascendía tanto que dudaba si mi cabeza fuese un volcán a punto de entrar en erupción; otras era yo quien salía en tu búsqueda arrastras por encontrarte de cualquier forma, aún a falta de sensualidad o moralidad, simplemente era la necesidad de sentirte cerca la que me llevaba allí, la que me empujaba a tí, era la atracción fatal de tu sexo contra el mío, era la explosión conjunta de los órganos vitales.

Pero hoy sigue ahí sentada, no me mires, no provoques al huracán que sale de mi piel con solo observarnos, que sólo vine por tabaco. No salgas tras de mi, no vengas a buscarme, pero recuerda mi imagen cuando cierres los ojos, y disfruta con ella... Consuélate con que volví a casa por tabaco, nunca más lo volveré a hacer. Consuélate con tus manos rozando tus senos, santo y seña de mi excitación, de mi locura pasajera, de mi erupción salvaje. Sueña que estoy ahí acariciándote el ombligo, recóndito y hermoso lugar donde a mi me encantaba quedarme alojado durmiendo horas y horas, y aspirar tu perfume único. Intrascendente bulevar de sueños eróticos se hallaba unos centímetros más al sur de la frontera entre lo visible y lo invisible y que de vez en cuando disfrutaba entre lo legal y lo ilegal, seguro que llegará algún gobierno que prohiba esa zona de tu cuerpo. No recomendado para menores de 18, o al menos eso dirán, al menos esa es la escusa que argumentaran para evitar que exista el verdadero amor, el que se acaba como este nuestro se acabó.

Ahora nos vemos cada uno por nuestro lado, pero eso queda grabado tras la pintura de las paredes, eso no se va a pesar de muchos lavados, ni muchos otros estados. Me voy, hasta luego, ahí te dejo. Golpeó la puerta con fuerza, no es un portazo pero suena como tal, como la vez que estrenamos esta casa donde viví contigo y donde la primera vez te abordé por la espalda y te giré contra mi. Arranque tu blusa y recogí tus piernas contra mi cadera apoye tu espalda contra esa puerta que ahora cerraba de golpe y ... Salimos a volar... Vuela libertad, vuela. Ya me marcho, ya, pero esos momentos nunca lo harán. Psicofonías de las paredes, gemidos de amor del de verdad, gritos por placer que ya no volverán. Enciendo un pitillo en el zaguán del portal, miro hacia el piso. Hago volar mi imaginación. Me voy, te vas. No volverá el sexo de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Culpable del hielo

Me siento culpable  de robar sueños inocentes. Culpable por robar sueños de inocencia infantil. Culpable del hielo que mantiene vivo los mie...