A un centímetro, ahí me quedé...
A un centímetro de mis labios
quedó atrapado en mi boca un te amo
antes de despedirme, antes del adiós,
antes de que llegase Dios,
nunca nos sentimos dos,
siempre fuimos de todo menos pasión.
Un centímetro es la inmensidad
cuando esperamos una caricia que nunca llega.
Esa es la frontera de mi imaginación
que no has cruzado por este maldito amor,
esa es la barrera
que no he saltado por miedo, por temor,
por el profundo horror
al rechazo de este calor.
Un eterno centímetro
y entre tu y yo mares de hielo.
Tempestades en calma
que se refugian ingenuas ahí dentro,
en el pequeño espacio de mi alma 
y las verdades salen despedidas al cielo
sin entender la ilógica diferencia,
entre quien quiere y quien ama.
A un centímetro mueren
las historias de amor más bellas,
a un centímetro se quedó
la luna de acariciar una estrella,
un centímetro les sobró a las princesas
tras probarse el zapato de la doncella,
un centímetro faltó para mis besos.
Un centímetro, me paro y pregunto...
¿Quién es ella?
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
lunes, 22 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Luz de mi vida
Me quité la camiseta y al rozar tu piel supe que serías parte de mí para siempre, como yo lo sería de ti. Tus ojos rasgados, tu piel intacta...
- 
Se oye el rubor del mar de fondo. Las gaviotas aleteando al alba, el sol empezando a remontar la línea del horizonte y yo intentando recorda...
 - 
Me quité la camiseta y al rozar tu piel supe que serías parte de mí para siempre, como yo lo sería de ti. Tus ojos rasgados, tu piel intacta...
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario