domingo, 8 de enero de 2012

Ella (... y mi sueño)

Ahí está Ella...
Se despertó de su sueño
y yo soñé con estar en él.
Ahí está Ella...
y yo que me muero por besar
cada centímetro de su piel.

Ella juega con la luna llena
y se sienta a esperar a su amor
hilvanando las estrellas
para tejer el vestido de lentejuelas
para que el mundo la descubra
como la mujer más bella.

Ahí está Ella...
Y sus sonrisas sinceras
como los arrebatos de lluvia de otoño
en las floridas tardes de primavera,
donde borré el olor de las flores
por correr hacia Ella
en el sentido contrario
de esta vida y su grisácea carretera.

Cansado me siento sobre esa piedra
y espero a que el corazón se mueva,
porque Ella llegó a mi vida y
su piel de agua y espuma
me abrazó a la primera.
Me siento parte del viento,
y el recuerdo de su perfume me eleva.
Me absorbe lo que fue lamento
y lo cambia por la soleada alegría
que se descubre tras las cansadas tormentas.

Me dibujó un corazón
entre mis manos con sus dedos.
Me enseñó que para alcanzarla
con el dulce de azúcar de los labios
hay que tener el corazón a flor de piel
y el sentimiento de quien es sincero.
Ella a cambió me regaló
un tatuaje nuevo de amor
y limpió las lágrimas del primero.

Ella se quedó dormida,
al rubor de una caracola,
Ella se sintió perdida
al vaivén de las olas.
Ella se quedó prendida
al compás que marca esta rola,
Ella soñó un nuevo destino
aunque en su corazón
nunca estará sola.

Y así estoy yo...
Vagando, confuso y perdido.
Y Ella sigue dormida
mientras las ilusiones caen
al absurdo cajón del olvido,
donde los lapiceros olvidaron
los poemas de la noche
en que caí doblegado por los miedos
a tus emociones rendido.

Y yo sigo un sueño por soñar,
y cansado de esperar esa señal,
durmiendo palabras vacías
de mensaje y sinceridad.
Es tarde y me descalzo de nuevo,
te espero en la banqueta
que dejaste en la puerta,
para cuando llegase a tu vida
la persona que te tendrá que amar.
Es tarde esta noche ya
pues la puerta entornada está.

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