lunes, 2 de enero de 2012

Noticias de extrarradio

Es difícil pelear contra la voluntad de las personas, porque cuando el corazón se hace piedra es complicado pulirlo para que recobre el brillo de un diamante.

Hay veces que no somos testigos de nuestra propia historia hasta que esta hace un fundido a negro y en ella aparece la palabra "FIN". Mientras tanto nos empeñamos en intentar visualizar lo que va a suceder sin importarnos que está pasando. También suele ocurrir que nos centramos en las escenas anteriores, pero no atrapamos los pequeños detalles. Esos que aparecen en el fotograma que es incapaz de captar el ojo humano, pero que se queda grabado en nuestro cerebro sin percibirlo hasta que ocurre un desenlace.

Me siento a esperar a ver que ocurre, prendo de nuevo la televisión por si acaso las noticias dijesen algo de ti, y nada. En los periódicos tu nombre ya no aparece. Todo ha cambiado. Estamos en brazos del ira, del egoísmo, del odio. Estamos más pendientes del prójimo que de nuestro sinónimo. Estamos más cerca del autónomo que de la sociedad. Todo el mundo se olvidó de ti y de la generosidad. El mundo se derrumba y permanecemos viendo la película cómodamente en nuestro sofá, ausentes, ensimismados, con nuestro refresco entre las manos y nuestro pack combo de palomitas gigantes.

La sal en nuestros labios nos irrita más que ver el hambre, más que ver la pobreza, que ver la violencia, los asesinatos. La sal en nuestros labios no nos irrita tanto como no conseguir nuestro beneficio. Esa sed que nos produce, la saciamos con el agua, sin importarnos que hay algunos que no pueden beberla. Ese es el primer ejemplo del mundo en que vivimos hoy en día. Nos da todo igual, menos uno mismo. Nos importa un carajo lo que ocurra fuera de nuestra burbuja. Preferimos ser siervos siempre y cuando no tengamos problemas, aunque nuestras rodillas sangren hasta ver el hueso. No nos movemos, aunque de vez en cuando la sociedad tosa un esputo de ironía consigo misma y se manifiesta contra el capitalismo, contra el nuevo socialismo, contra el comunismo... Nos manifestamos contra los ismos, pero no nos manifestamos contra nosotros mismos, principio y final de cualquier movimiento, principio de vida y muerte del que creyó por un momento en el hombre.

Voy corriendo a la radio y las noticias no son mucho más halagüeñas. Allí todo sigue igual, entre las ondas. El mundo sigue hospitalizado, un enfermo crónico, un egoísmo exorcizado. Un nuevo atentado al corazón de las personas, terrorismo humanoide. El temor a caer es inversamente proporcional al sueño por pelear por nuestras ideas. Ya no queda nada que hacer, ya no queda nada. El fantasma del dinero se aparece entre nosotros, bajo la sombra de la deuda crece el demonio de los intereses que nos cobraran pero no por no pagar sino por renunciar a vivir en libertad. La vida es vida desde un principio de libertad, la vida es vida si la vivimos sin miedo a vivir la realidad.

Con las mismas ganas que corrí hacía la radio, desilusionado, triste y desengañado me decido a acostarme. No mentiría si digo que a pesar de todo no me acosté malhumorado, porque esa no es la palabra. No se bien como acertar con el adjetivo que merecen las sensaciones o emociones que tenia en ese momento. ¿Frustración?. El ser humano en si es el ejemplo mas claro de la frustración, de la falta de perseverancia para lograr un objetivo. Dios nos hizo perfectos pero nosotros preferimos ser perfectamente imperfectos porque sino no nos seriamos humanos. Somos hijos de la incredulidad, somos naufragos en la divinidad. Somos polvo, somos fracasos, somos restos de basura entre las neuronas.

Es posible que esté cansado a la par que descarado, pero es que la película que estaba viendo no acaba con un romance apasionado. Más bien todo lo contrario, el malo se lleva todo lo que pasa por su lado. Sin dilación, sin miedo, sin control. El ser humano es digno creador de una III Bomba Nuclear sin átomos, sin radiación, sin explosión. El ser humano es todo menos humano hermano. Me quedo dormido sin tiempo de pensar en las noticias de extrarradio. Me quedo dormido y lo mejor de todo es que aún te extraño. Son cuatro letras románticas las de tu nombre y no hay nadie que las llegue a nombrar.

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