jueves, 23 de septiembre de 2010

Extraña paradoja de sentimientos

Miro al cielo enfurecido,
dentro de mi arde el rencor
y los amuletos no sirven de nada
es la tendencia del destino
quien obliga a marcar los pasos.
Sobran tantas cosas
que no sé cual he de elegir,
y necesito tanto de ellas
como ellas de mi.
Extraña paradoja de sentimientos,
sentidos paradójicos por momentos.

Palabras de auxilio sin respuesta.
Sigo gritando al cielo,
tu nombre lleva tatuado meses
a mis cuerdas vocales.
A cada respiración desacompasada
es un suspiro con tus silabas
la que le sucede.
A cada roce de tu piel
es una chispa eléctrica
la que recorre mi espina dorsal,
me inmoviliza, me paraliza,
me devuelve al lugar donde te conocí,
al día en que miré
aquella estrellita de primavera
que me enamoró con su esplendor.

Extraña paradoja de sentimientos,
mi dermis se sonrosa de pensar
en como mostrarme integro
y recorrer esas dos palabras,
mágicas y a la vez gélidas
si no se escuchan con claridad,
sinceras y tristes
si las dos palabras son para un final.
Sólo el riesgo se entiende
cuando los hechos se producen,
solo los sentimientos conducen
al refugio del amor y el duende.

Se me olvidó caminar
si no es contigo,
llueve a diario
desde que las lágrimas
salen de mi corazón.
Mis versos se quiebran,
intentan descubrirte quien soy,
solo son simples palabras sinceras,
esperando oírte
las palabras de dulce Julieta,
espero contemplar tu brillo
y ver como pasas de estrella
a inmenso y eterno cometa.
Extraña paradoja de sentimientos,
las nuevas constelaciones
a tu llegada parecen completas.

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