domingo, 31 de octubre de 2010

Luna

Me apoye en el bastón de la tristeza y miré al horizonte. Las siluetas a contraluz se movían como marionetas tras el telón de aquellos títeres. El Sol caía anaranjado y daba paso a los malvas del cielo quienes traían consigo el brillo de lentejuelas de las estrellas, y de allí emergió ella, de entre todas las que llegaba, sin dudarlo como siempre, la más hermosa, la más grande, la más bella. Luna. Apareció como si nada, como quien tiene la costumbre de subir a un escenario para actuar y ser admirado por el público. No tiene complejos de diva, no pide agua de azahar en su camerino, ni frutas, ni mucho menos otro tipo de vicios... ella es así, aparece se desnuda ante nosotros, contemplamos los auténticos cánones de belleza y se va. La envidiamos, ¿Cuántos poetas le habrán escrito? ¿Cuántos cantantes la habrán susurrado sus melodías al oído? ¿Cuántos besos de enamorado habrá visto bajo su foco?¿Cuántas mentiras e infidelidades? Tanto silencio... Tanto sueño... Su perfume nos encandila, nos embauca, nos mece... Hipnótico baño de espuma en su reflejo sobre el mar. Aire envenenado de maldito amor. El aire nos seduce y ahí estaba yo, como un loco enamorado por su amor. Esperando que me dé tu corazón. Luna de medianoche, arquetipo del amor y el desamor, celos, envidias, sexo, pasión... Luna,voyeur de las penumbras, aquí te espero yo.

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