jueves, 17 de febrero de 2011

Nadie

Nadie me espera al llegar a casa,
Nadie hace ruido cuando abro la puerta,
y viene a darme un beso
al ver mi presencia reflejada
en el espejo de la escalera.

Nadie se sienta solo,
solo se siente Nadie,
y en la fría calma de la noche
Nadie se envuelve
entre las sábanas de esta cama.

Nadie volverá a recorrer
el pasillo descalzo de sentimientos
y ni el suelo desprenderá caricias
para sentir el calor de la piel.
Nadie quiere sentir miedo por volver a caer.

Nadie recorre tranquilo las calles,
el miedo queda colgado de la mochila
y viaja allá donde no hay
mas que sueños escondidos
para que los descubra Nadie.

Nadie conoce a Nadie,
Nadie atraviesa el océano
en busca de unos besos
porque Nadie sabe lo que siente
hasta que se va lejos.

Nadie ama en silencio
la rima consonante de los sonetos
de aquel que se creyó perfecto,
porque Nadie es para Nadie
lo que fue para el que sintió
el calor de unos besos en el cuello.

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