miércoles, 2 de noviembre de 2011

Dudando

Hoy me senté a soñar, y por fín lo hice. Pero no fue para soñar algo hermoso, ni tampoco triste. Soñé porque hay veces que debemos de evaluar nuestra vida y eso hice. Pensé en que nos pasamos la vida corriendo detrás de un sueño y en ocasiones cuando lo alcanzamos, nos empeñamos en dejarlo correr para seguir corriendo tras él. Algo así me pasa a mí ultimamente, llevo corriendo detrás de mi sueño mucho tiempo y ahora que lo tengo enfrente no se distinguir si lo correcto es tomarlo de la mano o soltarlo. Por momentos siento que es el momento que debo agarrarlo con fuerza y no dejar que se escape a no ser que quiera irse él. En otros en cambio, siento que debo seguir como estoy hasta ahora porque lo más que puedo hacer es daño, ya no sólo a mi sueño y a mi mismo, sino a la tercera parte. Es un quiero y no puedo entre el alma, el corazón y la cabeza. Cuando la vida te plantea visicitudes de este tipo, por lo menos en mi caso, suelo dar vueltas en circulos sin encontrar una salida. Es como entrar en una rueda de acordes infinitos sin saber como salir de ella; es una melodía repetitiva que suena una y otra vez en mi cabeza. Es una espiral infinita.

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