miércoles, 2 de marzo de 2011

Entre los olivos

Al cobijo de la luna
comencé a describirte amor,
cuando me descubrí
entre los olivos
bailando con tu sombra,
agarrado a su cintura,
flotaban nuestros cuerpos
al compás del ritmo del aire.

Silueta de porcelana.
Gris martirio es para mi
la esquela de tu recuerdo,
cuando todo era de los dos,
cuando nos creímos eternos,
arrasó un bosque de fidelidad
el intenso fuego del infierno.

Cuando los sueños se ahogan
asalto las tapias derruidas
de cuando nuestra historia
era mucho mas que una verdad,
de cuando en cuando me dejo llevar,
me baño entre mis lágrimas
y no te alcanzo,
eres mi recuerdo fugaz.

Al cobijo de la luna
te bese por primera y ultima vez,
al aire que flotaba
entre nuestros labios
antes de chocar lo engañé,
le dije que sería bueno,
pero aquella noche dormí
sobre las dunas de tus senos.

Bella efigie dormida,
serenidad del alma,
encuéntrame desnudo
entre las sábanas
que visten el lecho
que anoche ardió en llamas.

Soledades...
Vicisitudes románticas
una simple noche de pasión
y mi entrañas se han partido en dos.
Sordidez de sentimientos
ya nadie es sincero,
sólo espero que reciban su castigo
por jugar con algo como el amor.

Soledad,
hermana de Ausencia,
sobrina de Melancolía
es hija de Nostalgia
desde aquella mañana
en la que quedó conmigo
cuando te fuiste al despertar,
desde que se hizo de día
busco tu rostro entre la gente
y no lo logró contemplar,
ni encontrarme entre tus pasos
ni soñarte entre las tinieblas
de la mezquindad que me dejaste
desde que ya no estás.

Ven a salvarme
de estos sentimientos,
ven a aliviarme
del daño de mi corazón
ven aunque sea para cavar mi fosa
entre los olivos
donde paré el tiempo
y me lleve el fruto de tu cuerpo
para llenarme de sueños
y robarme cualquier atisbo
de sinceridad en mi razón,
donde traicione al aire
por hacer de esa noche,
la noche de la pasión.

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