Mi sangre corre envenenada
y no hay mas antídoto
que los besos que me das.
Recorro los días tras tu sombra 
alargada por el Sol
que comienza a despuntar.
Te busco entre mis sueños
en las noches llenitas de soledad,
en los brazos del pasado
tatuados en la piel
la verdad de la palabra amar.
Te busco incendiado por tus ojos,
por las llamas 
que prendiste en mi interior
cuando sin motivo aparente
me dejaste de mirar.
El ácido del recuerdo, 
desvirtúa la realidad
difumina los momentos
y nos marca el presente
con gotitas del pasado
que nos marcan lo que pasará.
El tiempo va pasando
y no te puedo encontrar,
me faltan tus caricias
las que visten mi piel 
cada vez al despertar.
 
Me faltan tus besos,
pecado de dulce
leche y azúcar de tu tez,
me faltan tus abrazos de alma,
los que se dan sin tocar,
los que no hacen falta dar.
Me faltas tú, mi amor,
me faltas tu 
y me sobran ellas 
mas de mil lágrimas de soledad
derramadas en este vacío
que dejaste al marchar.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
jueves, 12 de agosto de 2010
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Luz de mi vida
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