Cuando una voz se vuelve susurro,
la música se convierte en magia.
Te transporta y te eleva.
Te emociona y te lleva.
Cuando una voz se vuelve susurro,
y baja del espacio, despacio,
se remueven por dentro
mis sentimientos,
y me vuelvo un inmortal,
un no muerto.
Cuando una voz se vuelve susurro,
los acordes menores dan fruto
a melodías sinceras,
las palabras de amor
dejan de estar en bruto,
para convertirse en un suave reducto,
de la dulzura del amor,
donde nacen poesías de orgullo.
Cuando la voz se vuelve susurro,
algo me dice que se pare el mundo,
que todo puede ser posible,
que cambiar la vida depende
de lo altos elevemos nuestros muros.
Me cuesta creer que tu voz
no se volviese susurro,
porque es hermoso escucharte cantar sincera,
porque el sentimiento que nace en mi,
me dice que tu sedosa voz
puede ser la primera.
Déjame mirar a la altura justa de tus ojos,
déjame contemplar tus letras,
tus canciones, tu voz tierna,
tu ilusión intacta, monocromática,
tus palabras, tu crudeza,
tu auténtica melodía
que cruza dejando rastro,
haciendo pensar a mi cabeza.
Cuando una voz se vuelve susurro,
podremos contemplar la auténtica belleza.
Cuando una voz se vuelve susurro,
las nanas me hacen alcanzar los sueños,
escucho cuentos para no dormir,
y así respirando tu aire se pasan
los mejores años de nuestras vidas,
sumando y restando,
días y minutos,
obras y actos,
magia blanca.
Cuando una voz se vuelva susurro,
que el eclipse se mude de ropa
y que la lluvia deje de caer,
y no diluya tus sentimientos
en una carta desde el circulo polar,
la que nos deja helados,
la que nos inquieta
la que nos funde terriblemente
en el beso de los enamorados.
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
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