Mi niña no abre la boca,
sus ojos verdes,
su armoniosa belleza,
su cabeza desordenada.
Mi vida a su lado, 
está siempre loca,
pero es que amarla cada día
se convierte en una aventura
que a cualquier vida 
por dentro y por fuera desboca.
No se molestó en levantar la mirada
mientras que yo llegaba
cansado y asqueado del trabajo a casa.
No se molestó ni en abrir la puerta,
no se molestó,porque... 
¿Por qué molestarse 
cuando ya se está molesta?
Las palabras se dijeron en silencio,
y el pensamiento lleno el vacío ruido
y entonces el cuarto 
se lleno de misterios,
el cuarto se lleno de segundos eternos,
y los minutos dieron lugar a los días,
y las horas volvieron a ser segundos.
El tiempo a veces sin darnos cuenta 
nos devuelve meses atrás.
En medio de esta locura indecente,
en medio de este amor irreverente,
yacen nuestros sentimientos
donde ella se convirtió
en mi dulce y bella durmiente.
Donde yo la amo de la forma mas inmensa,
donde el corazón se escapa insolente
donde confluyen mi corazón y mi mente.
Irrefrenables sentimientos
salen entre mis dedos.
Insostenibles los besos 
que salen de mis labios.
Clemencia la que piden 
los clavos de mis manos,
en la crucifixión 
del principal de mis órganos.
Mi niña no dice nada,
y yo me paro a observarla.
Su rizada melena
ahora luce alisada,
y mi cabeza se nubla
porque no obtengo 
el beneplácito de su mirada,
porque aunque la acaricie
como lo hacia antes,
me siente como una parte de si
que ya está gastada.
Hoy mi niña se calló
No me dirigió ni una palabra, 
no me dio las buenas noches,
y yo caí rendido en la cama
como cae el militar en una injusta guerra.
¿Quién dijo que el amor 
y la guerra fuesen justos?
Hay lugares donde escapamos sin necesidad de movernos del sitio, este pretende ser uno de ellos. Disfruten de su estancia y sientan las palabras.
jueves, 7 de abril de 2011
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