sábado, 2 de abril de 2011

Nuestro juego

Vamos a jugar...
Tiremos los dados del destino
y que salgan seises dobles
para que volvamos a tirar
y así sentirnos verdaderos,
y así sentirnos hombres,
ser auténticos seres sinceros.

Mi peón dará un paso adelante
y tu casillero se quedará atrás
y donde antes había un puente
ahora subiré por una escalera
a donde guardas tus fichas, a tu casa
para contarte veinte anécdotas
distintas de como elegí tu color.

Entonces tú tirarás las cartas
y me dirás que elija una.
As de trébol.
Sus cuatro hojas negras marchitas
se llenaran de vida,
se teñirán de verde y lo prenderé
de la solapa de tu chaqueta.

Vamos a jugar...
Huiremos de quien
quiera venir a comernos.
Ya sabes que
siempre se nos dio bien
correr delante de los leones
que intentaron derribarnos,
y es que no somos mas que carne fresca
para los felinos señores.

Apuesta tu torre a la vida.
El reloj de arena ya se giró
y cada vez queda menos
para que se llene
de polvo la mitad inferior.
Defiende a tu dama,
con reinas y reyes,
defiende tus ideas
pero déjalas galopar libremente
a lomos del caballo de la derecha,
déjalas que fluyan
como un ser demente.

Dale jaque al que venga a reprocharte
tus movimientos aleatorios,
aunque puedan carecer de sentido;
siempre pone orden a nuestros actos
el poder de nuestro sabio destino.
Esta maldita ludopatía,
que esta presente de noche y de día,
me llena de vivir,
sus luces y sus ruidos,
me ayuda a olvidarme de quien fui.

Vamos a jugar...
Pero hoy ahórrate las trampas,
intentemos ser legales
por ultima vez,
y que sea la pregunta trivial
la que diga si lo que hicimos ayer
estuvo mal o bien.

Que este juego se acabe
y seamos justos vencedores de él,
y que no sea la ruleta rusa
la que nos lleve a perder.
Que no se aloje su frío casquillo
en el casillero del martirio,
que no repose en nuestra sien.
Que nuestro juego acabe para bien.

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