martes, 15 de diciembre de 2009

Emigraré a mis adentros

Dejaré de ser fiel a mis principios,
los comienzos nunca se me dieron bien,
más bien fue la persistencia
la que se alineo con los astros
para darme la confianza en mis letras.

Nunca me dijeron
como debía organizar mis pertenencias
antes de partir de viaje,
solo me dediqué
a llevarme lo esencial de cada uno.

Un trozo de piel de tus mejillas,
un mechón de cabello
para recordarme su color,
algún problema para no olvidar
el dolor que nos produce alguien llamado amor,
mi pañuelo en el bolsillo
impregnado de dos gotas de tu perfume.

En mi mano izquierda, mi guitarra.
Ha estado demasiado tiempo abandonada,
por eso no quiero dejarla olvidada ahora,
es de las pocas mujeres
que me han hecho llegar al climax espiritual,
tal vez la única que me escuche cuando la canto.

A la espalda
llevare la mochila de los malos ratos
como siempre una pesada carga difícil de llevar.
Espero deshacerme de ella pronto,
o que se rompa
para ir aligerando peso
con el paso de las pesadas jornadas.

Quiero hacer un viaje al fin del universo…
a una galaxia cercana,
conocer otros mundos otras gentes,
divagar por la embriaguez y el insomnio,
encontraré lejos de aquí
una raza parecida a la humana,
algo más sensible,
y menos contaminante,
sin cambios climáticos,
donde el edén sea uniformemente eterno,
y se extienda por todo.
Donde nadie sufra la desgracia de ser distinto,
que el hecho de ser distinto
sea motivo de felicidad
es un paso que en este mundo daremos.

Emigraré a mis adentros
donde encuentre mi mundo interior,
tal vez trate de exportarlo con el mercantilismo
con el que nos invade la madre televisión,
educadora de tantos seres espectrales,
continuadora de una estirpe de dictadores sin raciocinio,
políticamente incorrecta.
Los niños ven en ella un modelo a seguir,
un equivocado modelo a seguir,
que nos conducirá hacia la “suciedad”
que más daño haya hecho a la “zoociedad”.
Quizá esa palabra desaparezca.
Tal vez, no sé.

Llévame de viaje,
contigo al lugar más seguro del mundo.
Quiero dormir y descansar,
un ser vulgar y febril.
Bip bip,
mi alarma suena
bienvenidos a la muerte
su viaje esta a punto de partir.

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