martes, 15 de diciembre de 2009

¿Y ahora que...?

¿Y ahora que...?
Esta noche recogeré mis cosas, me iré.
Con la maleta cargada de aire
me dispondré a emprender un largo viaje,
donde la luz del día me encontrará, pero seguiré.

Es duro volver a nacer varios años después,
salir a correr por los olvidados caminos.
Los senderos de los misterios de tu cuerpo,
me han devuelto a una nueva realidad;
a la realidad de lo autentico
porque aquello no fue verdad
porque el amor no existe y esa es la única verdad.

¿Y ahora que...?
Podré dormir doce horas,
filosofar contigo sobre la luna y la atracción del mar.
Podré vivir mientras esté vivo,
y sentirme morir a la par que vivir.

¿Por qué me das aire y te vas?
Podré esperar despierto a que vuelvas,pero...
¿como voy a esperar si soy yo quien se va?
Si en verdad ya hace años que me fui,
si hace años que recorro un desierto descalzo.

Resplandeciente tu brillo dorado de dulce miel,
este es el peaje a pagar
por las noches sin dormir al calor de una piel,
por el caminar sereno hacia las luces de colores.

¿Quizá me fui antes de todo?
¿Quizá no me percaté de haberme desviado del camino,
y camine paralelo a ti sin estar contigo?
Me puedo preguntar mil cosas
y seguir viviendo de las migajas de una ilusión.

Las escobas no recogen los restos de un naufragio,
y nos quedan los sueños por conquistar, que nos hacen caminar
porque siempre nos queda algo de ilusión.
Solo hay momentos en los recuerdos,
no quedan frases, tampoco cuentos,
solo algún que otro gesto
y la certeza de que lo vivido es cierto.

¿Y ahora que...?
Has pasado por mi vida
como un rayo de luz al amanecer
cruzando los agujeros de las persianas,
rápido y certero, directo a mi rostro...
como un puñetazo,
con rabia, con dolor.

¿Una provocación del destino o
una cuerda a la altura del cuello?
¿Una zancadilla cuando corría
o una mano amiga cuando caí?
No sé, pero esta claro es que lo deje pasar...
No soy capaz de nada en este momento.

Las palabras son placenteras
cuando salen del corazón,
las palabras nos malinterpretan
el uso de la razón...
Las palabras nos arrancan la memoria
y nos dejan un adiós.

Una sonrisa, un guiño,
una oración, un verso,
el brillo de los ojos de un niño.
La explosión en nuestro cuerpo del primer beso.
El momento mas dramático,
la muerte de un ser cercano,
las lágrimas del disgusto,
la mentira a tu madre.

¿Y ahora que...?
Los sentimientos se contradicen,
los momentos se ocultan y
el olvido se adueña de tu alma
los segundos que pasan
nos acercan a la calma.

Dejame que siga ahí,
solo por el hecho de seguir seré feliz.
Dejame que siga ahí,
un huequito de admiración,
el recuerdo de esa canción.

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